miércoles, 12 de agosto de 2015

Lectio Divina: Jueves, 13 de Agosto, 2015: Evangelio según san Mateo 18, 21-19, 1. (19ª Semana del Tiempo durante el Año - Ciclo B -)

LECTIO DIVINA DEL EVANGELIO DE LA 19ª SEMANA DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO. JUEVES 13 DE AGOSTO 2015. 

El método de la Lectio Divina consiste en la lectura-escucha-meditación -orante de la Palabra de Dios para encarnarla en la vida diaria.

1°. ORACIÓN DE PREPARACIÓN:
Señor Jesús abre mis ojos y mis oídos a tu palabra.
Que lea y escuche yo tu voz y medite tus enseñanzas,
despierta mi alma y mi inteligencia
para que tu palabra penetre en mi corazón
y pueda yo comprenderla y encarnarla en mi vida.  Amén

2°. LECTURA DEL EVANGELIO:
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo. 18, 21-19, 1
Se acercó Pedro y le preguntó a Jesús: “Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?”. Jesús le respondió: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por eso, el reino de los cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores. Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos. Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda. El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: ‘Dame un plazo y te pagaré todo’. El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda. Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: ‘Págame lo que me debes’. El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: ‘Dame un plazo y te pagaré la deuda’. Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor. Este lo mandó llamar y le dijo: ‘¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda. ¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de ti?’. E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía. Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos”. Cuando Jesús terminó de decir estas palabras, dejó la Galilea y fue al territorio de Judea, más allá del Jordán.
Palabra del Señor.

VIDEOS-EVANGELIO:
1. https://www.youtube.com/watch?v=R-oXSC8-uDI
2. https://www.youtube.com/watch?v=yIWOzgmjp4A (para niños)

3°.MEDITACIÓN DEL EVANGELIO:
A. COMENTARIO INTRODUCTORIO
  • Hoy Jesús, da consignas sobre el perdón de las ofensas.
  • Los apóstoles ubican el perdón de las ofensas en el campo legal o en la casuística. Están preocupados por los límites de la actitud fraterna.
  • Pedro que creía ir ya muy lejos proponiendo hasta siete veces, es sobrepasado por Jesús que va mucho más allá: “no te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”.
  • Simbolismo de las cifras: “siete” es la cifra perfecta, multiplicada por sí misma, indica el infinito.
  • En el antiguo testamento el número setenta y siete representaba la venganza de los hijos de Caín. Jesús cambia los términos y convierte el número de la venganza en símbolo de la reconciliación. Luego propone una parábola que muestra a que se exponen los que tratan de contabilizar la misericordia, el perdón y la fraternidad.
  • La parábola exagera a propósito: la deuda perdonada al primer empleado es descomunal. La que él no perdona a su compañero, pequeñísima. El contraste sirve para destacar el perdón que Dios concede y la mezquindad de nuestro corazón, porque nos cuesta perdonar una insignificancia.
  • Lo propio de Dios es perdonar.
  • Lo mismo han de hacer los discípulos de Jesús: el aviso es claro: «lo mismo hará con ustedes mi Padre del cielo, si no perdonan de corazón a su hermano».
  • Si Dios perdona gratuitamente las mayores deudas y pecados, nadie puede aducir razón válida para negar a otro el perdón.
  • El perdón, se presenta así como el único modo de romper la cadena de la violencia interminable, iniciada con la venganza de los hijos de Caín.
  • Es el nuevo estilo de vida que Jesús propone a sus discípulos.
  • La pertenencia al reino está marcada por el perdón y éste es sin límites y a todos, tomando como ejemplo a Dios mismo que desbarata todo cálculo humano.
  • Vivir con perdón es el estilo del verdadero cristianp.
  • Negarse a perdonar nos sitúa fuera del cristianismo y, por consecuencia, fuera de la esfera del amor misericordioso de Dios.


B. REFLEXIÓN DEL PAPA FRANCISCO
El perdón se pide sinceramente, con el corazón, y tiene que ser dado con el corazón a quien cometió el mal. Como el patrón de la parábola evangélica contada por Jesús, que perdona una deuda enorme a un siervo, movido por la compasión de sus súplicas. Y no como el otro siervo hace con su igual, tratándolo sin piedad y haciéndolo llevar a la cárcel aunque fuera deudor de una suma irrisoria.
La dinámica del perdón, es la que enseñó Jesús en el Padre Nuestro. “Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. Lo que Jesús nos enseña es:
Primero, pedir perdón y no simplemente pedir disculpas es tener consciencia del propio pecado, de la idolatría cometida, de las diversas idolatrías.
Segundo. Dios siempre perdona, siempre. Pero pide que yo perdone. Si yo no perdono, en cierto sentido cierro la puerta al perdón de Dios.
- Pero padre yo me confieso.
- ¿Y qué haces antes de confesarte?
- Bueno, pienso a las cosas que hice mal...
- Está bien.
- Después pido perdón al Señor y prometo no volver hacerlo...
- Bien. ¿Y después vas al sacerdote? Antes te falta una cosa: ¿has perdonado quienes que te han hecho mal?, porque el perdón que Dios te dará supone el perdón que tu das a los otros. (Cf. Homilía de Papa Francisco, 10 de marzo de 2015, en Santa Marta).

4°. ORACIÓN: Dialogo con el Divino Maestro
Oración del Perdón
Para que Dios te perdone, tú tienes que perdonar a los demás.
Está claro: “Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.
Señor, Jesús, concédeme la gracia de poder perdonar
a todas las personas que me han ofendido.
De antemano, te agradezco esa gracia de tu amor.
Señor, líbrame de los resentimientos y quejas
que he tenido contra Ti, por haber permitido en mi familia
enfermedades, peleas, dificultades, muertes….
Perdóname, Señor.
Señor, yo me perdono a mí mismo mis pecados,
mis errores, mis caídas y todo lo malo que hay en mí;
sobre todo me perdono aquello que más daño me ha causado
y que me cuesta más perdonarme como……
Perdono a mis papás por sus faltas de cariño,
por las veces que no acertaron en mi formación,
por lo que me insultaron,
y por esos casos que recuerdo con más desagrado….
Perdono a mis hermanos y a mis hermanas
por las veces que me rechazaron,
que mintieron contra mí,
que me hicieron la vida molesta;
por las veces que no me ofrecieron su ayuda y su cariño….
Señor, perdono de corazón a mis jefes,
a mis superiores, a mis súbditos, amigos y conocidos…
por el desagrado que me causaron, por sus críticas,
por haberme humillado….
Perdono a los que más me han ofendido,
a los que recuerdo en este momento,
a los que me cuesta más perdonar, especialmente….
Gracias, Señor, porque me amas y porque me ayudas a perdonar. Amén.

5°. CONTEMPLACIÓN: Silencio ante la Palabra.
6°. CONSOLACIÓN: Es sentir íntimamente el "gusto" de la Palabra de Dios.

7°. DISCERNIMIENTO: Pensar y Discernir la Palabra.
¿Somos promotores de reconciliación y perdón en nuestras familias, ambientes de trabajo, comunidades?
¿Pongo límites a mi perdón?

8°. COMPARTIR: Comparto la Palabra.
9°. DELIBERACIÓN: Tomo una decisión concreta iluminado por la Palabra.

10°. ACCIÓN CONCRETA: Propósito del día.
Jesús, haz mi corazón semejante al tuyo para amar y perdonar siempre a los demás como los perdonas y amas Tú.

SANTOS DE HOY: 
-San Hipólito, mártir. Carcelero convertido y bautizado por San Lorenzo.
-San Casiano de Imola, mártir. Un maestro de escuela a quien sus mismos discípulos, incitados por el gobernador de Inmola (Italia), dieron muerte con los punzones de que se servían para escribir en las tablas enceradas de la escuela, 311.
-San Casiano, obispo y mártir, Todi, s. III.
-San Máximo el Homologueta monje.
-San Wigerto, discípulo de San Bonifacio, s. VIII.

San Cayetano Errico, ruega por nosotros