miércoles, 29 de octubre de 2014

Lectio Divina: Jueves, 30 Octubre, 2014: Evangelio según San Lucas 13, 31-35.: (30ª Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A -)

Lectio Divina: 
 
Jueves, 30 Octubre, 2014 
(30ª Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A -)

1) Oración inicial
Dos todopoderoso y eterno, aumenta nuestra fe, esperanza y caridad; y, para conseguir tus promesas, concédenos amar tus preceptos. Por nuestro Señor.

2) Lectura
Del Evangelio según Lucas 13,31-35
En aquel mismo momento se acercaron algunos fariseos y le dijeron: «Sal y vete de aquí, porque Herodes quiere matarte.» Él les contestó: «Id a decir a ese zorro: Yo expulso demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana, y al tercer día soy consumado. Pero conviene que hoy y mañana y pasado siga adelante, porque no cabe que un profeta perezca fuera de Jerusalén.
«¡Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina su nidada bajo las alas, y no habéis querido! Pues bien, se os va a dejar desierta vuestra casa. Os digo que no me volveréis a ver hasta que llegue el día en que digáis:
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!»
Palabra del Señor

3) Reflexión
● El evangelio de hoy nos hace sentir el contexto amenazador y peligroso en el que Jesús vivía y trabajaba. Herodes, el mismo que había matado a Juan Bautista, quiera matar a Jesús.
● Lucas 13,31: El aviso de los fariseos a Jesús. “En aquel mismo momento se acercaron algunos fariseos y le dijeron: «Sal y vete de aquí, porque Herodes quiere matarte.” Es importante notar que Jesús recibió el aviso de parte de los fariseos. Algunas veces, los fariseos están juntos con el grupo de Herodes queriendo matar a Jesús (Mc 3,6; 12,13). Pero aquí, se solidarizan con Jesús y quieren evitar el que muera. En aquel tiempo, el poder del rey era absoluto. No daba cuenta a nadie de su manera de gobernar. Herodes había matado a Juan Bautista y ahora está queriendo terminar con Jesús.
● Lucas 13,32-33: La respuesta de Jesús. “Jesús dijo: "Id a decir a ese zorro: Yo expulso demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana, y al tercer día soy consumado.”. La respuesta de Jesús es muy clara y valiente. Llama a Herodes ‘zorro’. Para anuncia el Reino Jesús no depende del permiso de las autoridades políticas. Manda un recado informando que va a continuar su trabajo hoy y mañana y que seguirá hasta pasado mañana, es decir el tercer día. En esta respuesta se percibe la libertad de Jesús ante el poder que quería impedirle de realizar la misión recibida del Padre. ¡Pues, quien determina los plazos y la hora es Dios y no Herodes! Al mismo tiempo, en la respuesta se deja ver un cierto simbolismo relacionado con la muerte y la resurrección en el tercer día en Jerusalén. Es para decir que no morirá en Galilea, sino en Jerusalén, capital de su pueblo, y que resucitará el tercer día.
● Lucas 13,34-35: Lamento de Jesús sobre Jerusalén. "¡Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina su nidada bajo las alas, y no habéis querido” Este lamento de Jesús sobre la capital de su gente evoca la larga y triste historia de la resistencia de las autoridades a los llamamientos de Dios que les llegaban a través de los profetas y de los sabios. En otro lugar Jesús habla de los profetas perseguidos y matados desde Abel hasta Zacarías (Lc 11,51). Llegando a Jerusalén justo antes de su muerte, mirando hacia la ciudad desde lo alto del Monte de los Olivos, Jesús llora sobre ella, porque no reconoció en tiempo en que Dios vio a visitarla " (Lc 19,44).

4) Para la reflexión personal
● Jesús califica el poder político como zorro. El poder político de tu país, ¿merece esta calificación?
● Jesús trató muchas veces de convertir a la gente de Jerusalén, pero las autoridades religiosas se resistían. Yo, ¿cuántas veces me he resistido?


5) Oración final
¡Buscad a Yahvé y su poder,
id tras su rostro sin tregua,
recordad todas sus maravillas,
sus prodigios y los juicios de su boca! (Sal 105,4-5)