domingo, 29 de diciembre de 2013

¿Es la homosexualidad una elección?

Siempre hay una primera vez para la persona que experimenta sentimientos homosexuales. Una primera vez en la que se siente invadido por una duda, un pensamiento, una sospecha. 
Estas afirmaciones se repiten: “Me invadió el temor, me sentía como paralizado ante lo que podía estar sintiendo, avergonzado, rechazo hacia mí mismo, confusión, algo inconfesable, algo que deseaba olvidar, esconder, no pensar”.
Pongámonos en los zapatos de la persona que tiene estos sentimientos y paremos el tiempo. Piensa a lo que te enfrentas: asumir una realidad, entender tu posible identidad y aceptarla, buscar las causas y las consecuencias. Tienes que definirte, pensar en cómo vivirás a partir de ahora si se confirma tu sospecha. Piensas en las personas que te podrían entender, apoyar, no juzgar. ¿Y juzgar por qué? ¿Es que has hecho algo para sentir atracción al mismo sexo?

Esto es solamente un escenario creado para ayudarnos a conocer la situación de una persona que sin buscarlo, se encuentra con una identidad sexual indefinida, cuestionada ante sí mismo.
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Sigamos en esta misma línea, queremos crecer en el conocimiento que es la llave de la comprensión y de la empatía. Llegar a comprender para borrar el posible prejuicio y evitar juicios, ampliar el campo de visión para dejar a un lado el rechazo y las conclusiones precipitadas, esto es ejercita el amor real al ser humano y mover ese músculo que es el corazón.
Dicho esto, quiero afirmar que las personas que experimentan atracción al mismo sexono lo eligen. 
Ya he dicho en anteriores artículos que la persona no nace gay, como bien decía el psiquiatra Víctor Frankl: “A un hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: su última libertad, la de elegir la actitud que ha de adoptar en cualquier circunstancia, la de escoger su propio camino". Las opciones que describo a continuación son elecciones que la persona desde el conocimiento y la libertad sí puede elegir.
Son cuatro opciones  y ninguna de ellas fácil, al menos inicialmente. 
La primera más conocida y cada vez más aplaudida y aceptada es “salir del armario”,  desarrollar su vida en el estilo de vida gay. En su desarrollo y crecimiento personal y profesional llevará consigo las causas por las que ya inicialmente, le llevaron a sentir atracción al mismo sexo. 
La segunda es la opción del silencio. Vivir sufriendo lo indecible manteniendo los sentimientos en la intimidad y privacidad. El objetivo suele ser mantener sus principios y convicciones tratando de ser fiel a sus compromisos adquiridos ya sean estos personales, familiares o religiosos. 
La tercera es la opción del silencio con recaídas. La persona está sola en su lucha intentando ser fiel, aunque su decisión es la de permanecer “inactivo” vienen momentos de debilidad y sucumbe. Esto se traduce en división interior, insatisfacción, sufrimiento.
La cuarta y última opción es en la que me quiero centrar. Es una opción  llena de esperanza no tanto por ser “la salvadora” si no porque completa la posibilidad de elección: es la opción por el cambio.  Es posible cambiar de una orientación homosexual a heterosexual. 
Qué triste e injusto sería que la persona gay o la que vive en su silencio, no supiese que tiene otra opción,  le estaríamos privando de su libertad. Puede optar por el cambio la persona que ya “ha salido del armario” y la que lleva años viviendo en silencio, pero que por los motivos que sean quiere libremente dejar atrás su homosexualidad. Como dijo Marlon Brandon: “yo solía ser homosexual, pero no funcionó”.
Elegir el cambio requiere en todos los casos esfuerzo y valentía. Para algunos será ir contracorriente, romper relaciones queridas pero que no llenan, para otros será superar miedos o un sentimiento de vergüenza. 
Eligiendo el cambio ganas encontrar tu propia identidad y con ello paz interior.
Fuente : http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=33063