viernes, 30 de agosto de 2013

Sábado de la vigésima primera semana del tiempo ordinario - 31 Agosto 2013-C-



Evangelio según San Mateo 25,14-30. 
El Reino de los Cielos es también como un hombre que, al salir de viaje, 

llamó a sus servidores y les confió sus bienes. 
A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno 

según su capacidad; y después partió. En seguida, 
el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco. 
De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos, 
pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor. 
Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus 

servidores. 
El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. 

'Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco 
que he ganado'. 
'Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste 

fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar 
del gozo de tu señor'. 
Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: 'Señor, me has 
confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado'. 
'Está bien, servidor bueno y fiel, ya que respondiste fielmente en lo poco, 

te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor'. 
Llegó luego el que había recibido un solo talento. 'Señor, le dijo, sé que 

eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges 
donde no has esparcido. 
Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!'. 
Pero el señor le respondió: 'Servidor malo y perezoso, si sabías que 

cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, 
tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, 

lo hubiera recuperado con intereses. 
Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, 
porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, 

se le quitará aun lo que tiene. 
Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y 

rechinar de dientes'.