El papa Francisco llamó este sábado a la Iglesia a tener sus"puertas abiertas" y a no actuar como "una aduana", citando el ejemplo de curas que se niegan a bautizar a hijos de parejas que no están casadas.
A menudo nos comportamos como "controladores de fe" y no como "facilitadores", se lamentó el papa durante su misa diaria en la residencia de Santa Marta, en el Vaticano.
En su homilía, transmitida por Radio Vaticano, el papa argentino citó el ejemplo de un cura que se negó a bautizar al hijo de una madre soltera.
"Esta mujer tuvo la valentía de proseguir su embarazo (...) ¿y qué es lo que encuentra Una puerta cerrada", lanzó el papa.
"Cuando escogemos este camino, no estamos ayudando al pueblo de Dios", dijo, añadiendo que "Jesús creó los siete sacramentos y con este tipo de actitud creamos un octavo: el sacramento de la aduana pastoral!"
En septiembre 2012, Jorge Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires, había criticado a los sacerdotes que se negaban a bautizar a los niños nacidos fuera del matrimonio, calificándolos de "hipócritas".
Desde su elección, el Papa Francisco ha llamado la atención por su lenguaje simple y directo, así como por su proximidad con los fieles.