lunes, 28 de mayo de 2012

El Vaticano recuerda que la familia es más que convivir



El Ministro del Pontificio Consejo de la Familia, cardenal Ennio Antonelli, ultima los preparativos del VII Encuentro mundial de las familias, que reunirá, en Milán, del 30 de mayo al 3 de junio, a más de un millón de fieles. Y que contará con la presencia del propio Benedicto XVI.

Antonelli confiesa que la familia está en crisis "sobre todo en Europa, América del Norte y Australia", reivindica el matrimonio tradicional y considera que "las convivencias homosexuales deberían seguir siendo de carácter privado". Al mismo tiempo, ve en la crisis una oportunidad para cambiar de estilo de vida y denuncia que "la búsqueda del máximo beneficio a cualquier precio genera gravísimas desigualdades económicas, especulación financiera, paro, endeudamiento y degradación ambiental".

Monseñor, ¿cómo van los preparativos del Congreso de las Familias de Milán?
Los números del VII Encuentro mundial de las familias (milán, 30 de mayo -3 de junio) hablan por sí solos: un millón de fieles esperados para la Misa con el Papa del domingo 3 de junio, 300.000 participantes en la Fiesta de los testimonios el sábado, día 2, por la tarde, 50.000 visitantes previstos en la Feria internacional de la familia, 33.007 lugares de acogida puestos a disposición de 11.958 familias mientras dure el evento, 12.077 lugares de acogida en las parroquias, 50.000 puestos de acogida para la noche del sábado 2 y del domingo 3, 5.000 voluntarios, 6.000 participantes previstos en el Congreso internacional teológico-pastoral o 41.420 euros recogidos para el Fondo de acogida a las familias.


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¿De dónde procede el grueso del millón de personas que esperan?
Proceden de unos setenta países. Los grupos más numerosos vienen de Francia, España, Croacia, Polonia, México, Congo y Filipinas. Pero tampoco falta gente de lugares donde la vida diaria es un drama, como Haití, Zimbabwe o Afganistán.
Con Milán dispuesta a abrirle sus brazos.
Detrás de las impresionantes cifras de acogida late el corazón de una diócesis y de toda la región de Lombardía, dispuesta a recibir con los brazos abiertos a Benedicto XVI y a las familias peregrinas procedentes de todo el mundo. La disponibilidad para la acogida y la oferta de espacios es superior a la demanda. Esto permitirá incluso a los peregrinos del ''''''''''''''''last minute'''''''''''''''' encontrar una acogida adecuada, para poder participar en la vigilia de oración del sábado, día, 2, y en la misa del domingo, día 3, con el Papa, en la zona del aeropuerto de Bresso.
Además, para animar aún más la asistencia, el cardenal Scola ha pedido a todas las comunidades cristianas de la diócesis ambrosiana que no celebren misa alguna la mañana del día 3. También se invita a todas las parroquias y asociaciones a enviar dos representantes al menos al Congreso.
¿Y para los que no puedan estar físicamente presentes?Los que no puedan venir a Milán tendrán la posibilidad de seguir los momentos más importantes del encuentro a través de los medios de comunicación. En la página web del Encuentro (www.family2012.com) se retransmitirá el congreso en ''''''''''''''''streaming'''''''''''''''' y se podrá seguir en directo por televisión la fiesta del sábado por la noche y la misa del domingo, ambos eventos presididos por el Santo Padre.

Díganos tres frutos que le gustaría obtener del Congreso
El Encuentro mundial de las familias tiene valor por sí mismo, como una gran fiesta, en la que las familias de muchos y diversos países se conocen, entablan amistad y se intercambian experiencias. Además, el pueblo de Dios, reunido en torno al Papa, celebra su unidad y su universalidad. Siguiendo el lema, "La familia: el trabajo y la fiesta", se dará la máxima visibilidad a estas dimensiones esenciales de la existencia humana, dones de Dios para vivir de una forma equilibrada y armoniosa, superando los desequilibrios y las desviaciones. Los frutos del Encuentro dependerán especialmente de la reflexión que tendrá lugar, después del evento, en los diversos ámbitos eclesiales, culturales, sociales y políticos, prestando especial atención al intercambio de experiencias y a la recogida de datos sociológicos, tal y como se hará en Milán, para poner en marcha proyectos eficaces.

¿La familia está en crisis en todas partes?
La familia está en crisis sobre todo en Europa, en América del Norte y en Australia: descenso de matrimonios, aumento de divorcios, de parejas que conviven, de ''''''''''''''''singles'''''''''''''''' por opción; baja natalidad; insuficiencia educativa, asi como malestar y delincuencia juveniles. La familia se muestra más sólida en Asia, al menos entre los cristianos. En cualquier caso, es un motivo de confianza el hecho de que, en todo el mundo, la familia, según las investigaciones sociológicas, es colocada siempre por toda la gente, incluidos los jóvenes, en el primer puesto de la escala de las aspiraciones y de los valores. Además, en todas partes del mundo hay una minoría de familias bellísimas, más conscientes que antaño, más motivadas y generosas, más unidas, más abiertas, más alegres y realmente ejemplares. Estamos asistiendo, de hecho, a un nuevo protagonismo de las familias, con redes de solidaridad, asociaciones y movimientos, tanto en el ámbito eclesial como en el civil.
¿Cree que, en España, con el nuevo Gobierno, la defensa de la familia saldrá ganando?Los que mejor pueden responder a esta pregunta son los españoles. A mí, sólo me corresponde expresar mis mejores deseos, acompañados de oraciones.
¿Por qué, en general, la defensa de la familia se identifica casi exclusivamente con la procreación y los temas de moral sexual, y no con la defensa de la dignidad laboral de la familia, por ejemplo?En Milán, seguramente se subrayará la interdependencia entre familia y trabajo. El trabajo es necesario para formar y mantener la familia, para alimentar y educar a los hijos. Por su parte, la familia le proporciona al trabajo y al mercado nuevos trabajadores y un capital formado por importantes virtudes sociales, como el respeto a las personas, la confianza, la responsabilidad, la solidaridad, la disponibilidad para colaborar, el gusto por el trabajo bien hecho o la propensión al ahorro. Tanto es así que Benedicto XVI, en su última encíclica ''''''''''''''''Caritas in Veritate'''''''''''''''', pudo escribir que la familia es "una necesidad social e incluso económica".
¿Una realidad tan importante para la sociedad como la familia no debería estar más protegida?La política y la empresa deberían hacer lo posible por armonizar los tiempos y las exigencias del trabajo con los tiempos y las exigencias de la familia, para que las mujeres puedan conciliar su profesión con la maternidad, para favorecer la recuperación de la natalidad y prevenir el envejecimiento global de la población. Los cónyuges, por su parte, deberían tomar decisiones de común acuerdo respecto al trabajo profesional y repartirse equitativamente el trabajo doméstico.
El trabajo es una faceta vital necesaria. Sin embargo, no constituye la especificidad de la familia. La estructura esencial de la familia está constituida por la relación horizontal de dos personas, hombre y mujer, y por la relación vertical entre las generaciones de padres e hijos. Relaciones no sólo afectivas, sino también de respeto, entrega, servicio y dedicación al auténtico bien de los demás incluso con sacrificio y fidelidad, compartiendo la vida en todas sus dimensiones. El amor conyugal involucra a las personas en su totalidad: alma y cuerpo, pensamiento, voluntad, afectividad, sexualidad, asi como capacidades expresivas, comunicativas y productivas. La relación sexual es el gesto expresivo propio del amor conyugal, al igual que estrechar las manos lo es de la amistad.
¿Cómo se explica el que los divorciados vueltos a casar no puedan comulgar, en cambio un homicida que se arrepiente, sí?El homicidio es un acto gravísimo, pero momentáneo. Si el homicida se arrepiente sinceramente y cambia su actitud hacia los demás, se convierte en un hombre nuevo, que recibe el perdón de Dios y de la Iglesia. El divorcio seguido de un nuevo matrimonio civil es un pecado menos grave que el homicidio, pero grave. Además, los divorciados vueltos a casar se encuentran en una situación permanente que está objetivamente en contra del Evangelio y de la plena comunión eclesial. Hasta que dicha situación no se cambia no pueden ser admitidos a la Eucaristía, expresión de comunión espiritual y visible con Cristo y con la Iglesia.
Monseñor, ¿por qué dos homosexuales que se quieren no pueden formar una familia basada en el amor?La familia normal es altruismo estructural. Es una comunidad en la que se valoran y se armonizan las diferencias sexuales y generacionales. Las personas encuentran su propia identidad y se desarrollan a sí mismas en relación con los demás, conscientes de sus propias limitaciones y cualidades, e integrando sus propios recursos espirituales, físicos, culturales, sociales y económicos con los de los demás, para obtener los máximos resultados. Lo que ayuda a crecer es el compartir, no la confusión. El matrimonio es fecundo en vida nueva para los cónyuges, para la procreación y la educación de los hijos y para las virtudes sociales. El matrimonio del hombre y de la mujer no es un asunto privado, sino un recurso social; no se reduce a sentimiento, sino que comporta, ante todo, un compromiso, públicamente reconocido.
Por otra parte, los hijos, para formarse una personalidad equilibrada y humanamente rica, necesitan tener como referencia a la figura materna y paterna, asi como con los valores que ambos encarnan. Por lo tanto, al Estado y a la sociedad les debería interesar no confundir y, mucho menos, equiparar a la familia basada en el matrimonio con otras formas de convivencia. Los homosexuales como personas tienen derecho a ser respetados por todos. Pero las convivencias homosexuales deberían seguir siendo experiencias de carácter privado. Las necesidades de las personas se pueden satisfacer en el ámbito de los derechos individuales. Hasta aquí, mi respuesta permanece en el ámbito civil. Desde el punto de vista de la ética cristiana no debería ser necesario recordar que el comportamiento homosexual es contrario a la voluntad y al designio de Dios, como señala con claridad la Palabra de Dios en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, especialmente en las cartas del apóstol Pablo.
¿La crisis actual puede ser una ocasión para redescubrir la familia como sostén moral, afectivo e, incluso, económico?Sin duda. La crisis es una prueba dura y está provocando muchos sufrimientos. Pero también puede convertirse en una oportunidad para asumir nuevos estilos de vida, dando mayor importancia a las relaciones interpersonales y afectivas que a los bienes materiales, aprendiendo a distinguir el consumo que responde a las auténticas necesidades y exigencias del desarrollo del consumo inútil e, incluso, dañino. La familia puede proporcionar apoyo moral y económico, cuidado y asistencia, convivencia, serenidad y paz más que cualquier otro sujeto social.
¿Hay salvación para las familias en un sistema capitalista exacerbado, que acumula beneficios en manos de unos pocos y deja en las cunetas de la vida a millones de personas?La búsqueda del máximo beneficio a cualquier precio genera indudablemente riqueza, pero de una forma desordenada, causando a la vez muchos males: conflictos internos en el mercado, gravísimas desigualdades económicas entre los diversos grupos sociales y los diferentes países, especulación financiera, paro, endeudamiento y degradación ambiental. Además, crea una mentalidad utilitarista e individualista que no favorece el amor auténtico entre las personas y daña la estabilidad de las familias.