La cuaresma es un tiempo de reflexionar sobre nuestra vida y tratar de encontrarnos con Cristo. Es un tiempo donde se nos invita especialmente a practicar la oración como método para hacer silencio interior, escucharnos a nosotros mismos y a Dios.Para orar cualquier oración es buena, sin embargo a lo largo de la historia muchos creyentes han preferido ciertas oraciones por su fuerza y su capacidad para acercarnos a Dios, incluso y muchos santos han hecho versiones de estas oraciones o maneras especiales de rezarlas para potenciarlas. Un buen ejemplo es el Vía Crucis, rezado por millones de personas a lo largo de la historia y versionado por infinidad de santos y personas de fe.
El Vía Crucis es, para muchos cristianos, un ejercicio de piedad lleno de contenido y de cariño agradecido. Consiste en seguir espiritualmente este mismo trayecto, deteniéndose ante 14 escenas o estaciones para meditar los sufrimientos de Jesucristo y unirse interiormente con Él. “Vía Crucis” son dos palabras latinas cuyo significado podría traducirse como “Camino de la Cruz”. Condenado a muerte y cargado del madero, que había de ser el instrumento de nuestra redención, Jesús hizo este itinerario de dolor desde el pretorio de Pilato hasta el monte Calvario (Mt 27, 22-61; Mc 15; Lc 23; Jn 19). Era el primer Viernes Santo. Hoy, el recuerdo entrañable de estos momentos de la vida de Jesús se ha convertido en oración. Los distintos textos que se han hecho, son un instrumento, no sólo para la oración vocal, sino que pueda ayudar a la meditación personal, a la reflexión sobre el misterio de la redención y sobre todo al diálogo intimo con el Señor. Los textos intentan ser un medio para la oración personal o comunitaria, sobre todo en momentos fuertes en que la Liturgia nos invita a asociarnos a la Pasión del Señor, por ejemplo en los viernes de Cuaresma, o el Viernes Santo. A continuación te ofrecemos distintos textos para rezar el Vía Crucis en este tiempo de cuaresma.
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