El papa Benedicto XVI definió este domingo la violencia como "un instrumento del anticristo", totalmente contrario al Reino de Dios y que la humanidad no necesita, es más, que la deshumaniza.
Durante el habitual rezo del Angelus dominical desde su balcón en la plaza de San Pedro del Vaticano, el Pontífice recordó el episodio recogido en la Biblia sobre la expulsión de los mercaderes del templo de Jerusalén por parte de Jesús, lo que, dijo, no se presta a posibles interpretaciones como un acto de violencia.
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"En realidad, es imposible interpretar a Jesús como un violento: la violencia es contraria al Reino de Dios, es un instrumento del anticristo. La violencia nunca es necesaria para la humanidad, sino que la deshumaniza", afirmó Benedicto XVI.
"La devoción al Padre y a su casa le llevará (a Jesús) hasta la cruz: el suyo es el celo del amor que paga en persona, no aquel que querría servir a Dios mediante la violencia. De hecho, el ''signo'' que Jesús dará como prueba de su autoridad será precisamente su muerte y resurrección", agregó.
En una soleada mañana en la Ciudad del Vaticano, el Papa lanzó también un mensaje de cercanía con la población de Madagascar, donde al menos 65 personas han perdido la vida por el paso de la tormenta tropical "Irina" la semana pasada.
"Mi pensamiento va en primer lugar a la querida población de Madagascar que recientemente ha sido golpeada por violentas calamidades naturales, con graves daños a las personas, a las estructuras y a los cultivos", indicó Benedicto XVI.
"Mientras aseguro mi rezo por las víctimas y por sus familias en gran medida afectadas emocionalmente -agregó-, deseo y animo a que se efectúe una generosa asistencia (a los afectados) por parte de la comunidad internacional".
Ya en español, el Papa se dirigió a los peregrinos de esta lengua presentes hoy en San Pedro del Vaticano, en particular los fieles procedentes de las provincias españolas de Murcia, Alicante y Sevilla.
"En este tercer domingo de Cuaresma, el Evangelio nos presenta a Jesús que sube a Jerusalén y, movido por el celo hacia las cosas de su Padre, expulsa a los mercaderes del templo. Asimismo declara que él es el nuevo templo, morada definitiva de Dios entre los hombres", comentó.
"En Cristo somos llamados a ofrecer un culto auténtico, vital, en espíritu y verdad, y a presentar nuestros cuerpos como templos del Dios vivo, sabiendo renunciar a las obras del mal. Encomendemos a la Santísima Virgen María estos propósitos", prosiguió.
En esta ocasión, el Pontífice también pronunció unas palabras en portugués para los peregrinos de esa lengua que estos días han llegado al Vaticano por la peregrinación de la Cuaresma.
Fuente: EFE