sábado, 14 de mayo de 2011

Lectio Divina : Domingo 15 de Mayo : IV Domingo de Pascua : Evangelio según Juan 10,1-10. : (Tiempo Pascual - Ciclo A -)

Lectio Divina : 
Domingo, 15 Mayo, 2011
IV Domingo de Pascua 
Evangelio según Juan 10,1-10. 
(Tiempo Pascual - Ciclo A -) 
 
Jesús, Buen Pastor
¡He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia!



1. Oración inicial

 Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.



2. Lectura

a) Clave de lectura:

El evangelio de este domingo nos pone delante la figura tan familiar del Buen Pastor. Hablando de las ovejas del redil de Dios, Jesús usa diversas imágenes para describir la conducta de aquéllos que se ocupan del rebaño. El texto de la liturgia se extiende desde el versículo 1 al 10. En el comentario añadimos a continuación los versículos del 11 al 18, porque contienen la imagen del “Buen Pastor” que ayuda a entender mejor el sentido de los versículos del 1 al 10. Durante su lectura, trata de poner atención a las diversas imágenes o semejanzas que usa Jesús para presentarse a nosotros como el verdadero Pastor.




b) Una división del texto para ayudarnos en la lectura:

El texto contiene tres semejanzas ligadas entre sí:
Juan 10,1-5: La semejanza entre el salteador y el pastor
Juan 10,6-10: La semejanza de la puerta de las ovejas
Juan 10,11-18: La semejanza del buen pastor




c) El Texto:
Evangelio según San Juan 15,9-17. 
 1 «En verdad, en verdad les digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador; 2 pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. 3 A éste le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y las saca fuera.4 Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. 5 Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.»
6Jesús les dijo esta parábola, pero ellos no comprendieron lo que les hablaba. 7 Entonces Jesús les dijo de nuevo: «En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. 8 Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon. 9 Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto. 10 El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia. 
Palabra del Señor
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3. Un momento de silencio orante

para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.



4. Algunas preguntas

para ayudarnos en la meditación y en la oración.

a) ¿Qué parte del texto me ha llamado más la atención?¿Por qué?
b) ¿Cuáles son las imágenes que Jesús se aplica a sí mismo?¿Cómo se las aplica y qué significan?
c) ¿Cuántas veces, en el texto, Jesús usa la palabra vida y qué dice sobre la vida?
d) Pastor-Pastoral. ¿Será que nuestra acción pastoral continúa la misión de Jesús Pastor?
e) ¿Cómo volver límpida nuestra mirada para poder ver al verdadero Jesús de los evangelios?



5) Para aquéllos que desean profundizar en el tema

a) El contexto en el que fue escrito el Evangelio de Juan:

He aquí otro ejemplo de cómo fue escrito y confeccionado el evangelio de Juan. Las palabras de Jesús sobre el Pastor (Jn 10,1-18) es como un ladrillo colocado en una pared casi terminada. Inmediatamente antes, en Juan 9,40-41, Jesús hablaba de la ceguera de los fariseos. Inmediatamente después, en Juan 10,19-21, vemos la conclusión de la discusión sobre la ceguera. Y así las palabras sobre el Buen Pastor nos enseña cómo hacer para quitar de los ojos la ceguera. Con este ladrillo la pared queda más fuerte y más bella.



Juan 10,1-5: La semejanza entre el salteador y el pastor
Jesús comienza su discurso con la semejanza de la puerta: “En verdad, en verdad les digo: quien no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, es un ladrón y un salteador. Pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas”. Para entender esta semejanza, debemos recordar cuanto sigue. En aquel tiempo, los pastores se ocupaban del rebaño durante el día. Cuando llegaba la noche, llevaban las ovejas a un gran redil o recinto comunitario, bien protegido contra salteadores y lobos. Todos los pastores de una misma región llevaban allí sus rebaños. Había un guardián que se ocupaba del redil toda la noche. Por la mañana venía el pastor, tocaba las palmas de las manos sobre la puerta y el guardián abría. El pastor se acercaba y llamaba a sus ovejas por su nombre. Las ovejas reconocían la voz del pastor, se levantaban y salían detrás de él a pastar. Las ovejas de los otros pastores oían la voz, pero se quedaban donde estaban, porque para ellas no era conocida la voz. Todos los días había peligros de asaltos. Los ladrones entraban por una hendidura, quitando las piedras del muro que rodeaba, para robar las ovejas. No entraban por la puerta, porque allí estaba el guardián vigilando.



Juan 10, 6-10: La semejanza de la puerta de las ovejas
Aquéllos que escuchaban, los fariseos, (Jn 9,40-41), no entendían lo que significaba “entrar por la puerta”. Entonces Jesús lo explica: “¡Yo soy la puerta!” Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores”. ¿De quién está hablando Jesús con esta frase tan dura? Probablemente, por su manera de hablar de los salteadores, se refería a los jefes religiosos que arrastraban a la gente detrás de ellos, pero no respondían a las esperanzas de la gente. No estaban interesados en el bien del pueblo, sino más bien en su propio dinero y en sus intereses. Engañaban a la gente y la abandonaban a su suerte. El criterio fundamental para discernir entre el pastor y el salteador es la defensa de la vida de las ovejas. Jesús dice: “¡Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia!” Entrar por la puerta significa imitar la conducta de Jesús en defensa de la vida de las ovejas. Jesús pide a la gente tomar la iniciativa de no seguir a quien se presenta como si fuese pastor, pero que no está interesado en la vida de la gente.




b) Ampliando el tema:

i) La imagen del Pastor en la Biblia:

En Palestina la supervivencia del pueblo dependía en gran parte de la posesión de cabras y ovejas. La imagen del pastor que guía a sus ovejas para que pasten era conocida de todos, como hoy todos conocemos la imagen del conductor del autobús o del maquinista. Era normal usar la imagen del pastor para indicar la función de quien gobernaba y conducía el pueblo. Los profetas criticaban a los reyes porque eran pastores que no se preocupaban de su grey y no la conducía a pastar (Jer. 2,8; 10,21; 23,1-12). Esta crítica sobre los malos pastores creció en tal medida que, por culpa de los reyes, el pueblo se vio arrastrado hacia la esclavitud (Ez 34,1-10; Zac 11,4-17).



Ante la frustración sufrida por la falta de guía por parte de los malos pastores, crecía el deseo o la esperanza de tener, un día, un pastor que fuese verdaderamente bueno y sincero y que imitase a Dios en el modo de conducir al pueblo. Nace así el salmo “¡El Señor es mi pastor, nada me puede faltar! (Sal 23,1-6; Jer 48,15). Los profetas esperan que en el futuro, Dios mismo sea el Pastor que guíe a su rebaño (Is 40,11; Ez 34,11-16). Y espera que a partir de esto el pueblo sepa reconocer la voz de su pastor: “¡Escuchad hoy su voz!” (Sal 95,7). Esperan que Dios venga en calidad de Juez que juzgue a las ovejas del rebaño (Ez 34,17). Nace el deseo y la esperanza de que un día Dios suscite buenos pastores y que el Mesías sea un pastor para el pueblo de Dios. (Jer 3,15; 23,4)



Jesús cambia esta esperanza en realidad y se presenta como el Buen Pastor, delante de los salteadoras que robaban al pueblo. Él se presenta como un Juez que, al final, juzgará como un pastor que separa las ovejas de las cabras (Mt 25,31-46). En Jesús se cumple la profecía de Zacaría, según el cuál el buen pastor será perseguido por los malos pastores, incomodados por la denuncia que Él hace: Hiere al pastor y se dispersará el rebaño” (Zac 13,7). Y finalmente Jesús lo es todo: ¡es la puerta, es el Pastor, es el cordero!.



ii) La comunidad del Discípulo Amado: abierta, tolerante y ecuménica:

Las comunidades que están detrás del evangelio de Juan estaban formadas por diversos grupos. Había en ellas judíos de mentalidad abierta, con un talante crítico hacia el Templo de Jerusalén (Jn 2,13-22) y la ley (Jn 7,49-50). También había samaritanos (Jn 4,1-42) y paganos (Jn 12,20) que se convirtieron, ambos con los mismos orígenes históricos y sus costumbres culturales muy diversas de las de los judíos. Aun estando formadas por grupos humanos tan diferentes, las comunidades de Juan entendieron el seguimiento de Jesús como una vida de amor concreto y solidario. Respetando las recíprocas diferencias, sabían darse cuenta de los problemas de la convivencia entre paganos y judíos, que azotaban a otras comunidades de la época (Act 15,5). Retados por la realidad del propio tiempo, las comunidades trataban de profundizar en su fe en Jesús, enviado del Padre que quiere que todos sean hermanos (Jn 15,12-14.17) y que afirma: “¡ En la casa de mi Padre hay muchas moradas!” (Jn 14,2) . Esta profundización facilitaba el diálogo con otros grupos. Y por consiguiente eran comunidades abiertas tolerantes y ecuménicas (Jn 10, 16).



6. Salmo 23 (22)

Yahvé es mi pastor

Yahvé es mi pastor, nada me falta.
En verdes pastos me hace reposar.
Me conduce a fuentes tranquilas,
allí reparo mis fuerzas.
Me guía por cañadas seguras
haciendo honor a su nombre.

Aunque fuese por valle tenebroso,
ningún mal temería,
pues tú vienes conmigo;
tu vara y tu cayado me sosiegan.

Preparas ante mí una mesa,
a la vista de mis enemigos;
perfumas mi cabeza,
mi copa rebosa.
Bondad y amor me acompañarán
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa de Yahvé
un sinfín de días.



7. Oración final

Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén.