viernes, 5 de noviembre de 2010

¿Urge hoy la opción preferencial por los pobres?



El cristiano vive el servicio liberador desde su condición de seguidor de Cristo y miembro responsable de la Iglesia. Y le motiva, el amor que potencia las exigencias de la justicia por encima de cualquier ideología o técnica. Tal servicio liberador tiene como aplicación coherente la opción por los pobres, hoy más urgente que en los años setenta del siglo pasado porque el problema es mayor. No es un tópico, es una exigencia de la justicia social y, por supuesto, de la caridad del cristiano.

¿Cómo vive el cristiano el servicio liberador?
Mediante el testimonio de la fe, la colaboración en el reino de Dios, la presencia de la vida cristiana y la superación de alternativas inaceptables.

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 El testimonio de la fe Cada miembro de la Iglesia está llamado ante los demás a testimoniar la fe: «los cristianos todos deben tener conciencia de la vocación particular y propia que tienen en la comunidad política; en virtud de esta vocación están obligados a dar ejemplo de responsabilidad y de servicio al bien común» (GS 75).
Perfil del cristiano en el reino de Dios.
La actitud de servicio es necesaria para difundir el reinado de Dios, edificar el Cuerpo Místico de Cristo y actualizar la misión salvífica de la Iglesia (LG 31 al 33, 36, 38 al 42; GS 43).
¿Qué comprende el perfil del cristiano? La solidaridad del buen samaritano, la lucidez profética para denunciar los mecanismos de opresión, la humildad para caminar junto a los mismos oprimidos, el optimismo y jovialidad ante los inevitables conflictos, la comunicación frecuente con Dios, la disponibilidad ante las persecuciones y el posible martirio, la ilusión inquebrantable de quien trabaja por la tierra nueva y el cielo nuevo.
La presencia de la vida espiritual que se actualiza en la oración, se revisa y se comparte con la comunidad en la vivencia de la Eucaristía; se expresa en la caridad sin horizontes. Se transparenta en una vida pobre, humilde y profética; se vive en proceso continuo de conversión y de apertura al Padre y a los hermanos; y tiene como marco de referencia el testimonio de vida que dieron Jesús y María.
Distinguir entre lo particular y lo eclesial: «entre la accción que los cristianos, aislada o asociadamente, llevan a cabo a título personal, como ciudadanos de acuerdo con su conciencia cristiana, y la acción que realizan, en nombre de la Iglesia, en comunión con sus pastores» (GS 76).
Alternativas inaceptables.
A todos los católicos compete superar por una parte el intervencionismo eclesial en lo político y, por otra, el aislamiento que pretende eliminar cualquier intervención en lo político de la Iglesia o de los católicos en nombre de su fe. Los católicos entre sí no deben arrogarse ni la exclusiva de la moral evangélica, ni la autoridad de la Iglesia (GS 43). Ante la diversidad de criterios divergentes, «a nadie le está permitido reivindicar en exclusiva a favor de su parecer la autoridad de la Iglesia» (GS 43). Y menos cuando se trata de opciones políticas opinables.
La opción preferencial por los pobres
El servicio liberador del cristiano admite múltiples campos y modalidades según su situación y posibilidades. Pero son muchos los cristianos y comunidades eclesiales a quienes se presenta el reto de la opción preferencial: ¿por quién optar en un mundo dividido en clases sociales? ¿en qué razones y motivaciones apoyar la opción preferencial? ¿qué rasgos califican de coherente la opción preferente como expresión del servicio liberador?
Opción por los pobres.
Es decir, por aquellas personas, grupos sociales o países enteros que son: las víctimas mayores de la injusticia social, manifestada en la carencia de bienes materiales y en la participación social y política. Ellos soportan una vida infrahumana, de miseria, a imitación de Lázaro ante el rico epulón. La opción comprende todas las personas que claman por la justicia, la solidaridad y el compromiso de quienes pueden ayudarles a que sean respetados en su dignidad pisoteada y en sus derechos humanos violados.
Razones y motivos.
La opción preferencial por el pobre se apoya en:
su dignidad de personas necesitadas, las más necesitadas de la comunidad local o internacional;
su condición de hijos de Dios, pero con una existencia que ensombrece y escarnece tal dignidad divina. «Por eso Dios toma su defensa y los ama» (Puebla, 1142, . Mt 5, 45; Sant 2,5);
el testimonio de Cristo que «no sólo amó a los pobres, sino que, "siendo rico, se hizo pobre', vivió en la pobreza, centró su misión en el anuncio a los pobres de su liberación y fundó su Iglesia como signo de esa pobreza entre los pobres» (Medelín, Pobreza n. 7); «el Hijo de Dios demostró la grandeza de ese compromiso al hacerse hombre, pues se identificó con los hombres haciéndose uno de ellos, solidario con ellos y asumiendo la situación en que se encuentran, en su nacimiento, en su vida y, sobre todo, en su pasión y muerte, donde llegó a la máxima expresión de la pobreza (Puebla, 1141, y Fil 2,5-2; LG 8; EN 30);
la doctrina del Evangelio. Cristo enseñó el desprendimiento de las riquezas de la tierra, declaró bienaventurada la pobreza, puso como condición el abandonarlo todo y combatir la indigencia (LI 66, y d. Mt 6,19-20; 19,21; Lc 5,11; Mt 19,27). El estuvo abierto a todos, aun a los ricos de este mundo, sin prejuicios de clase social, pero se identificó con los «más pequeños de sus hermanos» (Mt 25,40.45). María, en el Magnificat, proclama «que la salvación de Dios tiene que ver con la justicia hacia los pobres» (Puebla, 1144, Lc 1,46-55);
los ejemplos y exhortaciones de la Iglesia a través de los tiempos. En sus miembros y comunidades defendió al pobre, alivió su dolor, trabajó por liberarle de la opresión social, denunció las injusticias, aunque le produjeran persecuciones y vejaciones (Puebla, 1143, 1135; LI 68);
lo que se recibe de los pobres, que ayudan a descubrir el potencial evangelizador, llaman a la conversión y estimulan con su testimonio para acoger el don de Dios (Puebla, 1147 y 1156).
¿Cómo hacer efectiva la opción preferencial por los pobres?
Entre las realizaciones personales y pastora1es se proponen:
la opción respetuosa y corresponsable (con todas sus exigencias ya expuestas, orientada a liberar al pobre de su vida infrahumana;
el servicio al hermano que incluye: acercarse a él, ayudarle con el espíritu de Cristo y con la orientación citada del Vaticano II (AA 8. Y Puebla, 1145 al1147);
la orientación pastoral con los cambios necesarios (Puebla, 115.3 a11156). Recordar que «el mejor servicio al hermano es la evangelización» (Puebla, 1145);
el apoyo concreto a las acciones que se desarrollen a nivel eclesial o político (Puebla, 1159 al1164);
la conversión al Evangelio desde el pobre. En especial, testimoniar la pobreza como modelo cristiano de vida, alabado por Cristo (Puebla, 1149 y 1147). Un medio para la opción por el pobre es el descubrimiento del potencial evangelizador de los pobres;
la comunicación efectiva de los bienes materiales y espirituales a impulsos del amor (2 Cor 8,1-15); .
la intervención según posibilidades, en la liberación política del pobre.
por lo menos, con la cooperación económica...hasta “que duela” a la propia vida y a la misma seguridad económica.