A quienes hemos decidido seguir a Cristo, debemos estar siempre preparados para enfrentar los embates del Diablo |
Todos los días los
cristianos nos enfrentamos a una batalla espiritual. La propia Palabra de
Dios nos enseña que nuestra vida en la tierra es un combate constante contra
el Maligno, y nos recuerda, a quienes hemos decidido seguir a Cristo, estar
siempre preparados para enfrentar los embates del Diablo. Para hacer de esta
Cuaresma un verdadero tiempo de conversión, sin ningún tipo de concesión al
Demonio, te presentamos estas diez eficaces armas espirituales.
1.- Lleva una vida
ordenada
En primer lugar, presta
mucha atención a la oración, que es la base de tu vida espiritual. Date un
tiempo también para leer la Biblia; te sugerimos leer detenidamente el
Evangelio de San Mateo 25,35-40.
Por otra parte, debes
estar firmemente arraigado en tu vocación. Podría ser la vida
matrimonial, el sacerdocio, la vida consagrada, etc. Pero sea cual sea tu
vocación, debes ser fiel en todas las cosas a la llamada que Dios te ha dado.
Finalmente, dedica
un tiempo a la Iglesia. Sabemos que no todos hemos sido llamados de tiempo
completo al ministerio en la Iglesia, pero todos podemos colaborar de alguna
manera, en la medida de nuestras posibilidades.
2.- Rechaza tajantemente
la tentación
Un problema en el
combate espiritual es la respuesta lenta y débil a la tentación. Pero con la
gracia de Dios, puedes fortalecer tu voluntad para rechazar con decisión y
firmeza la tentación desde el principio. Por otra parte, a menudo tenemos
tentación porque nos colocamos en una situación cercana al pecado. Pero
recuerda siempre este proverbio: “El que con fuego juega, tarde o temprano se
quema”.
3.- Ubica al enemigo y
pide ayuda a Dios
Cuando caemos en la
tentación resulta muy útil admitirlo de esta manera: “Estoy siendo tentado
por el Diablo, el enemigo de Dios”. Nómbralo y pronuncia oraciones
cortas y fervientes para pedir la ayuda del Señor. Algunos ejemplos de
estas oraciones cortas, pero poderosas son: “Jesús, yo confío en ti…” “Dulce
Corazón de María, sé mi salvación …” “¡Señor, sálvame …” “Señor ven a mi
rescate …” y por supuesto, invocar con fe y confianza los santos nombres de
Jesús, María y San José.
4.- Combate la
desolación
La desolación espiritual
se experimenta como oscuridad ante la verdad divina, insensibilidad ante la
Palabra, pereza para hacer el bien, lejanía del Señor. Puede tener una fuerza
inesperada y tambalear tus buenas intenciones que tenías sólo un día antes. San
Ignacio decía que en estado de desolación, es importante: más oración y
más meditación, examinar tu conciencia (mira por qué estás en desolación) y
finalmente aplicarse alguna penitencia adecuada.
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UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL
«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»
Benedicto XVI, 16 septiembre 2005
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
jueves, 21 de julio de 2022
10 poderosas armas para luchar contra el Demonio.
Lectio Divina: Viernes, 22 de julio, 2022: Santa María Magdalena: Evangelio según san Juan 20, 1-3. 11-18.(16ª semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A-)
Lectura del Cantar de los Cantares 3, 1-4a
Así
habla la esposa:
En mi
lecho, durante la noche, busqué al amado de mi alma. ¡Lo busqué y no lo
encontré! Me levantaré y recorreré la ciudad; por las calles y las plazas,
buscaré al amado de mi alma. ¡Lo busqué y no lo encontré!
Me
encontraron los centinelas que hacen la ronda por la ciudad: «¿Han visto al
amado de mi alma?» Apenas los había pasado, encontré al amado de mi alma.
Palabra
de Dios.
O bien:
Lectura de la
segunda carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de
Corinto 5, 14-17
Hermanos:
El amor
de Cristo nos apremia, al considerar que si uno solo murió por todos, entonces
todos han muerto. Y él murió por todos, a fin de que los que viven no vivan más
para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
Por eso
nosotros, de ahora en adelante, ya no conocemos a nadie con criterios puramente
humanos; y si conocimos a Cristo de esa manera, ya no lo conocemos más así.
El que
vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo
se ha hecho presente.
Palabra
de Dios.
SALMO
Sal 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9 (R.: 2b)
R.
Mi alma tiene sed de ti, Señor, Dios mío.
Señor,
tú eres mi Dios,
yo te
busco ardientemente;
mi alma
tiene sed de ti,
por ti
suspira mi carne
como
tierra sedienta, reseca y sin agua. R.
Sí, yo
te contemplé en el Santuario
para ver
tu poder y tu gloria.
Porque
tu amor vale más que la vida,
mis
labios te alabarán. R.
Así te
bendeciré mientras viva
y alzaré
mis manos en tu Nombre.
Mi alma
quedará saciada
como con
un manjar delicioso,
y mi
boca te alabará
con
júbilo en los labios. R.
Veo que
has sido mi ayuda
y soy
feliz a la sombra de tus alas.
Mi alma
está unida a ti,
tu mano
me sostiene, R.
EVANGELIO
Lectura del santo
Evangelio según San Juan 20, 1-3. 11-18
El
primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María
Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al
encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo:
«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»
María se
había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al
sepulcro y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y
otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. Ellos le
dijeron: «Mujer, ¿por qué lloras?»
María
respondió: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.»
Al decir
esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció.
Jesús le
preguntó: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?»
Ella,
pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: «Señor, si tú lo has
llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo.»
Jesús le
dijo: «¡María!»
Ella lo
reconoció y le dijo en hebreo: «¡Raboní!», es decir «¡Maestro!»
Jesús le
dijo: «No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis
hermanos: «Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de
ustedes».»
María
Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le
había dicho esas palabras.
Palabra
del Señor.
PARA REFLEXIONAR
María de
Magdala fue la primera testigo de la resurrección del Señor. Va al sepulcro muy
temprano, siente dolor y tristeza y por eso llora. Corrió hacia el sepulcro
para terminar los ritos de la sepultura; pero sobre todo quería reencontrarse
con lo que estaba aparentemente perdido. Buscaba, aferrada al recuerdo que la
mantiene, sentir la presencia de Aquel a quien había amado. La piedra había
dicho la última Palabra sellando la puerta del sepulcro, y ahora la encuentra
corrida. Se estremece al oír aquella voz familiar y tan querida, y su
corazón, responde con palabras que la razón se niega todavía a pronunciar.
El
Espíritu revela el único lugar donde Dios habita para siempre, y donde Dios ha
elegido tener su morada: el corazón que ama. Ahí se busca a Dios y ahí se le
encuentra.
María
Magdalena nos enseña que el amor es el único camino de la fe. La inolvidable
aparición de esa mañana nueva, no atiende más que a esta llamada, y la fe está
toda ella en esta respuesta.
María se
siente transformada por la presencia del Resucitado. Del dolor y del llanto
pasa a la alegría. La resurrección debe ser una experiencia que nos transforme,
nos haga sentir personas, nos convoque y nos envié a llevar esta buena noticia
de vida a todas partes.
Confesar que Él es Señor y Dios, es entrar en comunión con Él, y dejar que la Vida, asuma nuestras muertes, nuestras pequeñas muertes de cada día y la muerte última y definitiva. Muertes que por Él, llevan en sí la semilla de una vida sin fin.
PARA DISCERNIR
¿Cómo es
mi experiencia de encuentro con el Resucitado?
¿Experimento
que me llama por mi nombre a una vida nueva?
¿Siento
el impulso de anunciar su presencia en medio nuestro?
El método de la Lectio Divina y sus 10 pasos metodológicos.
La lectio divina indica actualmente una forma tradicional de leer y meditar en la Palabra de Dios. La expresión lectio divina o lectio sacra no significa directamente una lectura cualquiera o un estudio de la Biblia con finalidades científicas, literarias, exegéticas o hermenéuticas, ni tampoco una forma de meditación tradicional, sino más bien una atención particular a la palabra revelada y a aquel que nos habla en ella, el mismo Dios. Su cualificación de «divina" indica que la lectio tiene como objeto la Palabra de Dios y que se hace en la presencia del Dios vivo, bajo la acción de su gracia. Supone una relación con el Padre que nos habla en su Verbo y con el Espíritu que es el maestro y el éxegeta de la Escritura, en comunión con toda la Iglesia.
Lectio Divina: Jueves, 21 de julio, 2022: Evangelio según san Juan 1,45-51. (16ª semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A-)
Lectura
del libro del profeta Jeremías 2, 1-3. 7-8. 12-13
La
palabra del Señor llegó a mí en estos términos:
«Ve a
gritar a los oídos de Jerusalén: Así habla el Señor: Recuerdo muy bien la
fidelidad de tu juventud, el amor de tus desposorios, cuando me seguías por el
desierto, por una tierra sin cultivar. Israel era algo sagrado para el Señor,
las primicias de su cosecha: todos los que comían de él se hacían culpables,
les sobrevenía una desgracia -oráculo del Señor-
Yo los
hice entrar en un país de vergeles, para que comieran de sus frutos y sus
bienes; pero ustedes entraron y contaminaron mi país e hicieron de mi herencia
una abominación. Los sacerdotes no preguntaron: «¿Dónde está el Señor?», los
depositarios de la Ley no me conocieron, los pastores se rebelaron contra mí,
los profetas profetizaron en nombre de Baal y fueron detrás de los que no
sirven de nada.
¡Espántense
de esto, cielos, horrorícense y queden paralizados! -oráculo del Señor- .
Porque mi pueblo ha cometido dos maldades: me abandonaron a mí, la fuente de
agua viva, para cavarse cisternas, cisternas agrietadas, que no retienen el
agua.»
Palabra
de Dios.
SALMO
Sal 35, 6-7b. 8-9. 10-11 (R.: 10a)
R.
En ti, Señor, está la fuente de la vida.
Tu
misericordia, Señor, llega hasta el cielo,
tu
fidelidad hasta las nubes.
Tu
justicia es como las altas montañas,
tus
juicios, como un océano inmenso. R.
¡Qué
inapreciable es tu misericordia, Señor!
Por eso
los hombres se refugian
a la
sombra de tus alas.
Se
sacian con la abundancia de tu casa,
les das
de beber del torrente de tus delicias. R.
En ti
está la fuente de la vida,
y por tu
luz vemos la luz.
Extiende
tu gracia sobre los que te reconocen,
y tu
justicia sobre los rectos del corazón. R.
EVANGELIO
Lectura
del santo Evangelio según san Mateo 13, 10-17
En aquel
tiempo, los discípulos se acercaron y le dijeron: « ¿Por qué les hablas por
medio de parábolas?»
El les
respondió: «A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de
los Cielos, pero a ellos no. Porque a quien tiene, se le dará más todavía y
tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Por
eso les hablo por medio de parábolas: porque miran y no ven, oyen y no escuchan
ni entienden. Y así se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice:
Por más
que oigan, no comprenderán, por más que vean, no conocerán. Porque el corazón
de este pueblo se ha endurecido, tienen tapados sus oídos y han cerrado sus
ojos, para que sus ojos no vean, y sus oídos no oigan, y su corazón no
comprenda, y no se conviertan, y yo no los cure.
Felices,
en cambio, los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen. Les
aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven, y no lo
vieron; oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron.»
Palabra
del Señor.
PARA
REFLEXIONAR
Empiezan
en este capítulo los primeros oráculos de Jeremías entre los años 627 y 622 a.
C., cuando tuvo lugar la reforma deuteronómica de Josías.
Como
habíamos leído en Miqueas, ahora en Jeremías aparece una querella judicial de
Yahvé contra su pueblo.
Le fue
dirigida la palabra del Señor a Jeremías para que vaya y grite a los oídos de
Jerusalén que recuerde su cariño juvenil, el amor de su noviazgo; aquel
seguimiento por el desierto. Era el tiempo del primer amor, el fervor de los
comienzos de Israel.
Tan
enorme es lo que va a decir, que Jeremías esta vez, pone como testigos a los
cielos, para que oigan su queja.
Yahvé
había liberado al pueblo, lo había conducido con cariño inmenso a la tierra
prometida. Al principio, Israel en el desierto, respondió amando a Dios con
amor de novia y siguiéndolo. Pero al entrar en Canaán, el pueblo, profanó la Alianza;
prefirió vivir a su antojo, abandonando al Dios liberador y promotor de la
fraternidad humana, para seguir a dioses vanos, que nada valen, cuyas
exigencias son alienantes y apartan de la tarea humana.
Jeremías
se atreve a atacar, a todas las categorías de responsables del pueblo. Los
primeros acusados fueron los sacerdotes, los doctores de la ley, los pastores y
los profetas, que tenían la misión de detectar las exigencias concretas de
Yahvé en cada tiempo; pero no han exhortado al pueblo a obrar de acuerdo con el
espíritu de la alianza. Cayeron en el peor desatino abandonando al Señor,
“fuente de agua viva, y cavando aljibes agrietados, que no retienen el agua”.
El
agradecimiento por las obras de Dios, los debía comprometer a obrar de acuerdo
a la alianza, trabajando por su propia liberación y la de todos.
***
Los
discípulos preguntan a Jesús porque a la gente le habla en parábolas y a ellos
no. Jesús responde diciendo que ellos, son de los que han comprendido y
asimilado la Palabra, y que los otros aun habiéndola escuchado, no se han
dejado transformar por su novedad.
Esta
aptitud para comprender la palabra no se trata de un privilegio ‘dado’ a
algunos, y ‘negado’ a otros. El comprender o no, es fruto de una apertura de
corazón a su palabra, de un camino de conversión, de acercamiento a Jesús, y
requiere esfuerzo. No es un simple oír la Palabra y dejar que ésta pase
exteriormente sin que toque y cuestione la vida.
Para
quien ha hecho un camino serio de apertura y confrontación con la Palabra de
Dios, todo lo que sucede es ocasión de crecimiento, por eso está en condiciones
de recibir más. Pero para quien no ha recorrido este camino, lo poco que podría
tener lo pierde.
La causa
de tal cerrazón es el corazón endurecido que no deja penetrar la ‘buena nueva’
de Cristo.
Jesús
termina dirigiendo una “alabanza” a quienes estaban junto a Él y declara
dichosos sus ojos, porque lo ven, y sus oídos, porque lo oyen.
Con Él
llega la plenitud de los tiempos, y esta alabanza también nos alcanza. Si bien
no hemos visto a Jesús con nuestros ojos, sí lo hemos conocido y lo conocemos
por la fe. No hemos escuchado su voz con nuestros oídos, pero sí hemos
escuchado y escuchamos sus palabras. El conocimiento que la fe nos da, aunque
no es sensible, es un auténtico conocimiento, nos pone en contacto con la
verdad y, por eso, también nos hace felices
Que
nuestro trato con Jesús sea tan cercano como el que tenían aquellos discípulos
que estaban junto a Él, que lo vieron y oyeron. Estamos realmente en su tiempo,
el tiempo de su gracia y salvación, un tiempo que no acaba. La oración y la
Eucaristía nos aseguran esta cercanía y nos hacen realmente dichosos al mirarlo
con ojos y oídos de fe.
El Vaticano reconoce jurídicamente y oficialmente la Asociación internacional de exorcistas (AIE)
lunes, 18 de julio de 2022
miércoles, 28 de julio de 2021
martes, 27 de julio de 2021
sábado, 24 de julio de 2021
Mensaje completo del Papa Francisco por la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores 2021
Mensaje
del Santo Padre Francisco para la Primera Jornada Mundial de los Abuelos y de
los Mayores.
Formato
pdf
https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2021/06/22/mayor.html
viernes, 23 de julio de 2021
miércoles, 28 de noviembre de 2018
jueves, 24 de agosto de 2017
Francisco: el Papa del Nuevo Mundo (Documental)
En este documental grabado en Buenos Aires, amigos y colaboradores
nos ayudan a conocer mejor al Papa Francisco, el primer Sumo Pontífice
del continente americano.
Lectio Divina: Viernes, 25 de agosto, 2017: Evangelio según san Mateo 22,34-40. (20ª semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A-)
Viernes, 25 Agosto, 2017
Mas los fariseos, al enterarse de que había tapado la boca a los saduceos, se reunieron en grupo, y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?» Él le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas.»
• El texto se ilumina. Jesús se encuentra en Jerusalén, precisamente en el Templo, donde se inicia un debate entre él y sus adversarios, sumos sacerdotes y escribas (20,28; 21,15), entre los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo (21,23) y entre los sumos sacerdotes y los fariseos (21,45). El punto de controversia del debate es: la identidad de Jesús o del hijo de David, el origen de su identidad, y por tanto, la cuestión acerca del reino de Dios. El evangelista presenta esta trama de debates con una secuencia de controversias de ritmo creciente: el tributo a pagar al César (22,15-22), la resurrección de los muertos (22,23-33), el mandamiento más grande (22,34-40), el mesías, hijo y Señor de David (22,41-46). Los protagonistas de las tres primeras discusiones son exponentes del judaísmo oficial que intentan poner en dificultad a Jesús en cuestiones cruciales. Estas disputas son planteadas a Jesús en calidad de “Maestro” (rabbí), título que manifiesta al lector la comprensión que los interlocutores tienen de Jesús. Pero Jesús aprovecha la ocasión para conducirlos a plantearse una cuestión aún más crucial: la toma de posición definitiva sobre su identidad (22,41-46).
• El mandamiento más grande. Siguiendo los pasos de los saduceos que les han precedido, los fariseos plantean de nuevo a Jesús una de las cuestiones más candentes: el mandamiento más grande. Puesto que los rabinos siempre evidenciaban la multiplicidad de las prescripciones (248 mandamientos), plantean a Jesús la cuestión de cuál es el mandamiento fundamental, aunque los mismos rabinos habían inventado una verdadera casuística para reducirlos lo más posible: David cuenta once (Sal 15,2-5), Isaías 6 seis (Is 33,15), Miqueas tres (Mi 6,8), Amós dos (Am 5,4) y Abacuc sólo uno (Ab 2,4). Pero en la intención de los fariseos, la cuestión va más allá de la pura casuística, pues se trata de la misma existencia de las prescripciones. Jesús, al contestar, ata juntos el amor de Dios y el amor del prójimo, hasta fusionarlos en uno solo, pero sin renunciar a dar la prioridad al primero, al cual subordina estrechamente el segundo. Es más, todas las prescripciones de la ley, llegaban a 613, están en relación con este único mandamiento: toda la ley encuentra su significado y fundamento en el mandamiento del amor. Jesús lleva a cabo un proceso de simplificación de todos los preceptos de la ley: el que pone en práctica el único mandamiento del amor no sólo está en sintonía con la ley, sino también con los profetas (v.40). Sin embargo, la novedad de la respuesta no está tanto en el contenido material como en su realización: el amor a Dios y al prójimo hallan su propio contexto y solidez definitiva en Jesús. Hay que decir que el amor a Dios y al prójimo, mostrado y realizado de cualquier modo en su persona, pone al hombre en una situación de amor ante Dios y ante los demás. El doble único mandamiento, el amor a Dios y al prójimo, se convierte en columnas de soporte, no sólo de las Escrituras, sino también de la vida del cristiano.
• Tú has sido creado para amar. ¿Eres consciente de que tu realización consiste en amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente? Este amor ha de verificarse en la caridad hacia los hermanos y en sus situaciones existenciales. ¿Vives esto en la práctica diaria?
por sus prodigios en favor de los hombres!
Pues calmó la garganta sedienta,
y a los hambrientos colmó de bienes. (Sal 107,8-9)
Lectio Divina: Jueves, 24 de agosto, 2017: Evangelio según san Juan 1,45-51. (20ª semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A-)
Al día siguiente, Felipe encuentra a Natanael y le dice: «Aquel de quien escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, el hijo de José, el de Nazaret.» Le respondió Natanael: «¿De Nazaret puede haber cosa buena?» Le dice Felipe: «Ven y lo verás.» Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.» Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?» Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.» Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel.» Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»
3) Reflexión• Jesús volvió para Galilea. Encontró a Felipe y le llamó: ¡Sígueme! El objetivo del llamado es siempre el mismo:"seguir a Jesús” Los primeros cristianos insistieron en conservar los nombres de los primeros discípulos. De algunos conservaron hasta los apellidos y el nombre del lugar de origen. Felipe, Andrés y Pedro eran de Betsaida (Jn 1,44). Natanael era de Caná (Jn 22,2). Hoy, muchos olvidan los nombres de las personas que están en el origen de su comunidad. Recordar los nombres es una forma de conservar la identidad.
• Felipe encuentra Natanael y habla con él sobre Jesús: "Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la Ley y también los profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret". Jesús es aquel hacia quien apuntaba toda la historia del Antiguo Testamento.
• Natanael pregunta: "Pero, ¿puede salir algo bueno de Nazaret?” Posiblemente en su pregunta emerge la rivalidad que acostumbraba existir entre las pequeñas aldeas de una misma región: Caná y Nazaret. Además de esto, según la enseñanza oficial de los escribas, el Mesías vendría de Belén en Judea. No podía venir de Nazaret en Galilea (Jn 7,41-42). Andrés da la misma respuesta que Jesús había dado a los otros dos discípulos: “¡Ven y verá!" No es imponiendo sino viendo que las personas se convencen. De nuevo, ¡el mismo proceso: encontrar, experimentar, compartir, testimoniar, llevar a Jesús!
• Jesús ve a Natanael y dice: "¡Ahí viene un verdadero israelita, sin falsedad!" Y afirma que ya le conocía, cuando estaba debajo de la higuera. ¿Cómo es que Natanael podía ser un "auténtico israelita” si no aceptaba a Jesús como Mesías? Natanael "estaba debajo de la higuera". La higuera era el símbolo de Israel (cf. Mi 4,4; Zc 3,10; 1Re 5,5). Israelita auténtico es aquel que sabe deshacerse de sus propias ideas cuando percibe que no concuerdan con el proyecto de Dios. El israelita que no está dispuesto a esta conversión non es ni auténtico, ni honesto. El esperaba al Mesías según la enseñanza oficial de la época (Jn 7,41-42.52). Por esto, inicialmente, no aceptaba a un mesías venido de Nazaret. Pero el encuentro con Jesús le ayudó a percibir que el proyecto de Dios no siempre es como la gente se lo imagina o desea que sea. El reconoce su engaño, cambia idea, acepta a Jesús como mesías y confiesa: "¡Maestro, tu eres el hijo de Dios, tú eres el rey de Israel!" La confesión de Natanael no es que el comienzo. Quien será fiel, verá el cielo abierto y los ángeles que suben y bajan sobre el Hijo del Hombre. Experimentará que Jesús es la nueva alianza entre Dios y nosotros, los seres humanos. Es la realización del sueño de Jacob (Gén 28,10-22).
4) Para la reflexión personal• ¿Cuál es el título de Jesús que más te gusta? ¿Por qué?
• ¿Tuviste intermediario entre tú y Jesús?
amoroso en todas sus obras. (Sal 145,17)
miércoles, 23 de agosto de 2017
Lectio Divina: Domingo, 27 de agosto, 2017: Evangelio según san Mateo 16,13-20. (21° Domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo A-)
1. ORACIÓN INICIAL
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.
2. LECTURA
Mateo 16, 15-16: Jesús pregunta a sus discípulos, y Pedro responde por todos
Mateo 16, 17-20: Respuesta solemne de Jesús a Pedro
3. UN MOMENTO DE SILENCIO ORANTE
4. ALGUNAS PREGUNTAS
b) ¿Cuáles son las opiniones de la gente con respecto a Jesús? ¿Cuál es la opinión de los discípulos y de Pedro sobre Jesús?
c) ¿Cuál es mi opinión sobre Jesús? ¿Quién soy yo para Jesús?
d) Pedro es piedra de dos modos ¿Cuáles? (cfr Mateo 16,21-23)
e) ¿Qué tipo de piedra soy yo para los demás? ¿Qué tipo de piedra es nuestra comunidad?
f) En el texto aparecen muchas opiniones diversas sobre Jesús. ¿Cuáles son las opiniones que existen en nuestra comunidad sobre Jesús?
g) ¿Cuál es la misión que de ello resulta para nosotros?
martes, 22 de agosto de 2017
Lectio Divina: Miércoles, 23 de agosto, 2017: Evangelio según san Mateo 20,1-16. (20ª semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A-)
1) Oración inicial
2) Lectura del Evangelio
Del Evangelio según Mateo 20,1-16
«En efecto, el Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña. Habiéndose ajustado con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. Salió luego hacia la hora tercia y al ver a otros que estaban en la plaza parados, les dijo: `Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo.' Y ellos fueron. Volvió a salir a la hora sexta y a la nona e hizo lo mismo. Todavía salió a eso de la hora undécima y, al encontrar a otros que estaban allí, les dice: `¿Por qué estáis aquí todo el día parados?' Dícenle: `Es que nadie nos ha contratado.' Díceles: `Id también vosotros a la viña.' Al atardecer, dice el dueño de la viña a su administrador: `Llama a los obreros y págales el jornal, empezando por los últimos hasta los primeros.' Vinieron, pues, los de la hora undécima y cobraron un denario cada uno. Al venir los primeros pensaron que cobrarían más, pero ellos también cobraron un denario cada uno. Y al cobrarlo, murmuraban contra el propietario, diciendo: `Estos últimos no han trabajado más que una hora, y les pagas como a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el calor.' Pero él contestó a uno de ellos: `Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te ajustaste conmigo en un denario? Pues toma lo tuyo y vete. Por mi parte, quiero dar a este último lo mismo que a ti. ¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?'. Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos.»
3) Reflexión
• El evangelio de hoy trae una parábola que encontramos sólo en Mateo. No la hay en los otros tres evangelios. Como en todas las parábolas, Jesús cuenta una historia hecha de elementos de la vida diaria de la gente. Retrata la situación social de su tiempo, en la que los oyentes se reconocían. Pero al mismo tiempo, en la historia de la parábola, acontecen cosas que nunca acontecen en la realidad de la vida de la gente. Al hablar del dueño, Jesús piensa en Dios, piensa en su Padre. Por esto, en la historia de la parábola, el dueño hizo cosas sorprendentes que no acontecen en el día a día de la vida de los oyentes. En esta actitud extraña del dueño hay que procurar encontrar la llave para comprender el mensaje de la parábola.
• Mateo 20,1-7: Las cinco veces que el propietario sale en busca de obreros. " El Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña. Habiéndose ajustado con los obreros en un denario al día, los envió a su viña.” Así empieza la historia que habla por sí y no precisaría de ningún comentario. En lo que sigue, el propietario sale otras cuatro veces para llamar a obreros a que vayan a su viña. Jesús alude al terrible desempleo de aquella época. Algunos detalles de la historia: (a) el dueño sale personalmente cinco veces para contratar a los obreros. (b) En la hora de contratar a los obreros, solamente con el primer grupo decide el salario: un denario por día. Con los de la hora nona dice: Os daré lo que es justo. Con los otros no concordó nada, sólo los contrató para que fueran a trabajar en la viña. (c) Al final del día, a la hora de hacer las cuentas con los obreros, el propietario manda que el administrador cumpla con este servicio.
• Mateo 20,8-10: La extraña manera de acertar las cuentas al final del día. Al atardecer, dice el dueño de la viña a su administrador: `Llama a los obreros y págales el jornal, empezando por los últimos hasta los primeros.' Vinieron, pues, los de la hora undécima y cobraron un denario cada uno. Empieza por los últimos y termina por los primeros’. Aquí, a la hora de hacer cuentas, acontece algo extraño que no acontece en la vida común. Parece que las cosas se han invertido. El pago empieza con los que fueron contratados por último y que trabajaron apenas una hora. El pago es el mismo para todos: un denario, como había sido combinado con los que fueron contratados al comienzo del día. Al venir los primeros pensaron que cobrarían más, pero ellos también cobraron un denario cada uno. ¿Por qué el propietario hizo esto? ¿Tú harías así? La llave de la parábola está escondida en este gesto sorprendente del propietario.
• Mateo 20,11-12: La reacción normal de los obreros ante la extraña actitud del propietario. Los últimos en recibir el salario fueron los que habían sido contratados los primeros. Estos, así dice la historia, al recibir el mismo pago, empezaron a murmurar contra el propietario, diciendo: “Estos últimos no han trabajado más que una hora, y les pagas como a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el calor!” Es la reacción normal de sentido común. Creo que todos nosotros tendríamos la misma reacción y diríamos la misma cosa al dueño. ¿O no?
• Mateo 20,13-16: La explicación sorprendente del propietario que proporciona la llave de la parábola. La respuesta del propietario es ésta: “Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te ajustaste conmigo en un denario? Pues toma lo tuyo y vete. Por mi parte, quiero dar a este último lo mismo que a ti.¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?” Estas palabras encierran la clave que explica la actitud del propietario y apunta hacia el mensaje que Jesús quiere comunicar: (a) El propietario no fue injusto, pues actuó de acuerdo con los que había sido combinado con el primer grupo de obreros: un denario al día. (b) Es decisión soberana del propietario dar a los últimos lo mismo que había sido combinado con los de la primera hora. Estos no tienen derecho a reclamar. (c) Actuando dentro de la justicia, el propietario tiene derecho a hacer el bien que quiere con las cosas que le pertenecen. El obrero, por su parte, tiene este mismo derecho. (d) La pregunta final toca el punto central: O ¿va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?' Dios es diferente. Sus pensamientos no son nuestros pensamientos (Is 55,8-9).
• El trasfondo de la parábola es la coyuntura de aquella época, la de Jesús como la de Mateo. Los obreros de la primera hora son el pueblo judío, llamado por Jesús a trabajar en su viña. Ellos sostuvieron el peso del día, desde Abrahán y Moisés, más de mil años. Ahora, en la undécima hora, Jesús llama a los paganos para que vayan a trabajar en su viña y ellos llegan a tener la preferencia en el corazón de Dios: “Así, los últimos serán los primeros, y los primeros serán los últimos”.
4) Para la reflexión personal
• Los de la undécima hora llegan, se aventajan y reciben prioridad en la fila de entrada en el Reino de Dios. Cuando tú esperas dos horas en una fila y llega alguien que, sin más, se coloca delante de ti, ¿lo aceptas? ¿Es posible comparar las dos situaciones?
• La acción de Dios supera nuestros cálculos y nuestra manera humana de actuar. Sorprende y a veces incomoda. ¿Ha ocurrido a veces en tu vida? ¿Qué lección saca?
5) Oración final
Bondad y amor me acompañarán
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa de Yahvé
un sinfín de días. (Sal 23,6)
lunes, 21 de agosto de 2017
Lectio Divina: Martes, 22 de agosto, 2017: Evangelio según san Lucas 1,26-38. (20ª semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A-)
Al sexto mes envió Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y, entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se conturbó por estas palabras y se preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande, se le llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.» María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y se le llamará Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez y este es ya el sexto mes de la que se decía que era estéril, porque no hay nada imposible para Dios.» Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel, dejándola, se fue.
• Lucas 1,26-27: La Palabra entra en la vida. Lucas presenta a las personas y los lugares: una virgen llamada María, prometida a un hombre, llamado José, de la casa de David. Nazaret, una pequeña ciudad en Galilea. Galilea era periferia. El centro era Judea y Jerusalén. El ángel Gabriel es el enviado de Dios para esta virgen que moraba en la periferia. El nombre Gabriel significa Dios es fuerte. El nombre María significa amada por Yavé o Yavé es mi Señor. La historia de la visita de Dios a María comienza con una expresión: “En el sexto mes”. Se trata del “sexto mes” de embarazo de Isabel, parienta de María, una mujer ya avanzada en edad, precisando ayuda. La necesidad concreta de Isabel es el trasfondo de todo este episodio. Se encuentra al comienzo (Lc 1,26) y al final (Lc 1,36.39).
• Lucas 1,28-29: La reacción de María. Fue en el Templo que el ángel apareció a Zacarías. A María le aparece en su casa. La Palabra de Dios alcanza a María en el ambiente de vida de cada día. El ángel dice: “¡Alégrate! ¡Llena de gracia! ¡El Señor está contigo!” Palabras semejantes ya habían sido dichas a Moisés (Ex 3,12), a Jeremías (Jr 1,8), a Jedeón (Jz 6,12), a Ruth (Rt 2,4) y a muchos otros. Abren el horizonte para la misión que estas personas del Antiguo Testamento debían realizar al servicio del pueblo de Dios. Intrigada con el saludo, María trata de conocer el significado. Es realista, usa la cabeza. Quiere entender. No acepta cualquier aparición o inspiración.
• Lucas 1,30-33: La explicación del ángel. “No temas, María!” Este es siempre el primer saludo de Dios al ser humano: ¡No temas! Enseguida, el ángel recuerda las grandes promesas del pasado que se realizarán a través del hijo que va a nacer en María. Ese hijo debe recibir el nombre de Jesús. Será llamado Hijo del Altísimo, y en él se realizará, finalmente, el Reino de Dios prometido a David, que todos estaban esperando ansiosamente. Esta es la explicación que el ángel da a María para que no quede asustada.
• Lucas 1,34: Nueva pregunta de María. María tiene conciencia de la misión importante que está recibiendo, pero permanece realista. No se deja embalar por la grandeza de la oferta y mira su condición: “¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?” Ella analiza la oferta a partir de los criterios que nosotros, los seres humanos, tenemos a nuestra disposición. Pues, humanamente hablando, no era posible que aquella oferta de la Palabra de Dios se realizara en aquel momento.
• Lucas 1,35-37: Nueva explicación del ángel. "El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y se le llamará Hijo de Dios”. El Espíritu Santo, presente en la Palabra de Dios desde el día de la Creación (Génesis 1,2), consigue realizar cosas que parecen imposibles. Por esto, el Santo que va a nacer de María, será llamado Hijo de Dios. Cuando hoy la Palabra de Dios es acogida por los pobres sin estudio, algo nuevo acontece ¡por la fuerza del Espíritu Santo! Algo tan nuevo y tan sorprendente como que un hijo nace de una virgen o como que un hijo nace a Isabel, una mujer avanzada en edad, de la que todo el mundo decía que no podía tener hijos. Y el ángel añade: “Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez y este es ya el sexto mes”.• Lucas 1,38: La entrega de María. La respuesta del ángel aclara todo para María. Ella se entrega a lo que Dios le está pidiendo: “He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu Palabra”. Maria usa para sí el título de Sierva, empleada del Señor. El título viene de Isaías, quien presenta la misión del pueblo no como un privilegio, sino como un servicio a los otros pueblos (Is 42,1-9; 49,3-6). Más tarde, Jesús, el hijo que estaba siendo engendrado en aquel momento, definirá su misión: “¡No he venido para ser servido, sino para servir!” (Mt 20,28). ¡Aprendió de su Madre!
• Lucas 1,39: La forma que María encuentra para servir. La Palabra de Dios llega y hace con que María se olvide de sí para servir a los demás. Ella deja el lugar donde estaba y va hacia Judea, a más de cuatro días de camino, para ayudar a su prima Isabel. María empieza a servir y a cumplir su misión a favor del pueblo de Dios.
• La Palabra de Dios se encarnó en María. ¿Cómo la Palabra de Dios está tomando carne en mi vida personal y en la vida de la comunidad?
por sus prodigios en favor de los hombres!
Pues calmó la garganta sedienta,
y a los hambrientos colmó de bienes. (Sal 107,8-9)
domingo, 20 de agosto de 2017
Lectio Divina: Lunes, 21 de agosto, 2017: Evangelio según san Mateo 19,16-22. (20ª semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A-)
En esto se le acercó uno y le dijo: «Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir vida eterna?» Él le dijo: «¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Uno solo es el Bueno. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.» «¿Cuáles?» -le dice él. Y Jesús dijo: «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo.» Dícele el joven: «Todo eso lo he guardado; ¿qué más me falta?» Jesús le dijo: «Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego sígueme.» Al oír estas palabras, el joven se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes.
• Mateo 19,16-19: Los mandamientos y la vida eterna. Alguien llega cerca de Jesús y le pregunta: "Maestro, ¿qué tengo que hacer para poseer la vida eterna?" Algunos manuscritos informan que se trataba de un joven. Jesús responde bruscamente: "¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Uno solo es el Bueno.” Enseguida responde a la pregunta y dice: “Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos". El joven reacciona y pregunta: “¿Cuáles mandamientos?” Jesús tiene la bondad de enumerar los mandamientos que el joven tenía que conocer: "No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Es muy significativa la respuesta de Jesús. El joven había preguntado por la vida eterna. ¡Quería la vida junto a Dios! Pero Jesús sólo recordó los mandamientos que hablan respecto de la vida junto al prójimo! ¡No menciona los tres primeros mandamientos que definen nuestra relación con Dios! Para Jesús, sólo conseguiremos estar bien con Dios, si sabremos estar bien con el prójimo. De nada adelanta engañar. La puerta para llegar hasta Dios es el prójimo.
En Marcos, la pregunta del joven es diferente: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?" Jesús responde: "¿Por qué me llamas bueno? Solo Dios, es bueno y nadie más”(Mc 10,17-18). Jesús desvía la atención de si mismo hacia Dios, pues lo que importa es hacer la voluntad de Dios, revelar el Proyecto del Padre.
• Mateo 19,20: Observar los mandamientos, ¿para qué sirve? El joven respondió: "Todo eso lo he guardado. ¿Qué más me falta?"Lo que sigue, es algo curioso. El joven quería conocer el camino que le llevara a la vida eterna. Ahora, el camino de la vida eterna era y sigue siendo: hacer la voluntad de Dios, expresada en los mandamientos. Con otras palabras, el joven observaba sin saber ¡para qué servían! Si lo hubiera sabido, no hubiera hecho la pregunta. Le sucede como a muchos católicos que no sabenel porqué lo son. ”Nací católico, ¡por esto soy católico!” ¡Cosa de costumbre!
• Mateo 19,21-22: La propuesta de Jesús y la respuesta del joven. Jesús responde: "«Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego sígueme.» Al oír estas palabras, el joven se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes”. Era muy rico. La observancia de los mandamientos es apenas el primer grado de una escala que va mucho más lejos y más alto. ¡Jesús pide más! La observancia de los mandamientos prepara a la persona para que pueda llegar a la entrega total de sí a favor del prójimo. Marcos dice que Jesús miró al joven con amor (Mc 10,21). Jesús pide mucho, pero lo pide con mucho amor. El joven no acepta la propuesta de Jesús y se fue, “porque tenía muchos bienes”.
• Jesús y la opción por los pobres. Un doble cautiverio marcaba la situación de la gente en la época de Jesús: el cautiverio de la política de Herodes, apoyada por el Imperio Romano y mantenida por todo un sistema bien organizado de exploración y de represión, y el cautiverio de la religión oficial, mantenida por las autoridades religiosas de la época. Por causa de esto, el clan, la familia, la comunidad, estaban siendo desintegrados y una gran parte del pueblo vivía excluida, marginada, sin lugar, ni en la religión, ni en la sociedad. Por esto, había diversos movimientos que, al igual que Jesús, procuraban rehacer la vida en la comunidad: esenios, fariseos y, más tarde, los celotes. Dentro de la comunidad de Jesús, sin embargo, había algo nuevo que la diferenciaba de los demás grupos. Era la actitud ante los pobres y excluidos. Las comunidades de los fariseos vivían separadas. La palabra “fariseo” querría decir “separado”. Vivían separadas del pueblo impuro. Algunos fariseos consideraban al pueblo como ignorante y maldito (Jn 7,49), lleno de pecado (Jn 9,34). No aprendían nada de la gente (Jn 9,34). Jesús y su comunidad, por el contrario, vivían con las personas excluidas, consideradas impuras: publicanos, pecadores, prostitutas, leprosos (Mc 2,16; 1,41; Lc 7,37). Jesús reconoce la riqueza y el valor que los pobres poseen (Mt 11,25-26; Lc 21,1-4). Los proclama ‘bienaventurados’ porque de ellos es el Reino de los cielos, de los pobres (Lc 6,20; Mt 5,3). Define su propia misión como “anunciar la Buena Nueva a los pobres” (Lc 4, 18). El mismo vive como pobre. No posee nada para sí, ni siquiera una piedra donde reclinar la cabeza (Lc 9,58). Y a quien quiere seguirle para vivir con él, manda escoger: ¡o Dios, o el dinero! (Mt 6,24). ¡Manda hacer la opción por los pobres, como propuso al joven rico! (Mc 10,21) Esta manera diferente de acoger a los pobres y de convivir con ellos era una prueba del Reino de los Cielos.
• ¿Qué significa para nosotros hoy: “Va, vende todo y dalo a los pobres”? ¿Es posible tomarse esto al pie de la letra? ¿Conoces a alguien que consigue dejarlo todo por causa del Reino?
En verdes pastos me hace reposar.
Me conduce a fuentes tranquilas,
allí reparo mis fuerzas. (Sal 23,1-3)