viernes, 27 de mayo de 2016
Lectio Divina : Domingo, 29 de Mayo, 2016: Fiesta del Santísimo Cuerpo y Sangre del Señor: Evangelio según san Lucas 9,10-17. : (- Ciclo C -)
Lectio Divina:
Domingo, 29 Mayo, 2016
Multiplicar el pan para los hambrientos
Jesús promueve la participación
1. Oración inicial
Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.
Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.
2. Lectura
a) Clave de lectura: el contexto literario:
Nuestro texto se encuentra a mitad del evangelio de Lucas: Jesús extiende e intensifica su misión por las aldeas de la Galilea y manda a sus doce discípulos para que le ayuden (Lc 9,1-6). La noticia de todo esto llega a Herodes, aquel que mandó matar a Juan Bautista ((Lc 9, 7-9) Cuando sus discípulos regresan de la misión, Jesús los invita a ir a un lugar solitario (Lc 9,10) Aquí sigue nuestro texto que habla de la multiplicación de los panes (Lc 9, 11-17)En seguida Jesús hace una pregunta: “¿Quién dice la gente que soy yo?” (Lc 9, 18-21). Dicho esto, por la primera vez, habla de su pasión y de su muerte y de las consecuencias de todo esto para la vida de los discípulos (Lc 9, 22-28). Luego viene la Transfiguración, en la que Jesús habla con Moisés y con Elías de su pasión, con el aturdimiento y la incomprensión de parte de los discípulos (Lc 9, 44-50). Finalmente, Jesús decide ir a Jerusalén, donde encontrará la muerte (Lc 9, 52).
b) Una división del texto para ayudar la lectura:
Lucas 9,10: Se retiran a un lugar apartado
Lucas 9,11: La gente reconoce a Jesús y Jesús acoge a la gente
Lucas 9,12: La preocupación de los discípulos por el hambre de la gente
Lucas 9, 13. La propuesta de Jesús y la repuesta de los discípulos
Lucas 14-15: La iniciativa de Jesús para resolver el problema del hambre
Lucas 9,16: La evocación y el sentido de la Eucaristía
Lucas 9,17: El gran signo: Todos comieron
Lucas 9,11: La gente reconoce a Jesús y Jesús acoge a la gente
Lucas 9,12: La preocupación de los discípulos por el hambre de la gente
Lucas 9, 13. La propuesta de Jesús y la repuesta de los discípulos
Lucas 14-15: La iniciativa de Jesús para resolver el problema del hambre
Lucas 9,16: La evocación y el sentido de la Eucaristía
Lucas 9,17: El gran signo: Todos comieron
c) El texto: Evangelio según san Lucas 9,10-17. :
10 Cuando los apóstoles regresaron le contaron cuanto habían hecho. Y él, tomándolos consigo, se retiró aparte, hacia una ciudad llamada Betsaida. 11Pero la gente lo supo y le siguieron. Él los acogía, les hablaba del Reino de Dios y curaba a los que tenían necesidad de ser curados.
12 Pero el día había comenzado a declinar y, acercándose los Doce, le dijeron: «Despide a la gente para que vayan a los pueblos y aldeas del contorno y busquen alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar deshabitado.» 13 Él les dijo: «Dadles vosotros de comer.» Pero ellos respondieron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente.» 14 Pues había como cinco mil hombres. Él dijo a sus discípulos: «Haced que se acomoden por grupos de unos cincuenta.» 15 Lo hicieron así y acomodaron a todos. 16 Tomó entonces los cinco panes y los dos peces y, levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y los iba dando a los discípulos para que los fueran sirviendo a la gente.17 Comieron todos hasta saciarse. Se recogieron los trozos que les habían sobrado: doce canastos.
12 Pero el día había comenzado a declinar y, acercándose los Doce, le dijeron: «Despide a la gente para que vayan a los pueblos y aldeas del contorno y busquen alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar deshabitado.» 13 Él les dijo: «Dadles vosotros de comer.» Pero ellos respondieron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente.» 14 Pues había como cinco mil hombres. Él dijo a sus discípulos: «Haced que se acomoden por grupos de unos cincuenta.» 15 Lo hicieron así y acomodaron a todos. 16 Tomó entonces los cinco panes y los dos peces y, levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y los iba dando a los discípulos para que los fueran sirviendo a la gente.17 Comieron todos hasta saciarse. Se recogieron los trozos que les habían sobrado: doce canastos.
Palabra del Señor
3. Un momento de silencio orante
para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.
4. Algunas preguntas
para ayudarnos en la meditación y en la oración.
a) ¿Cuál es el punto del texto que más te ha gustado o que más te ha llamado la atención?
b) ¿Cuál es la situación de la gente, que se desprende del texto?
c) ¿Cuál es la reacción o el sentimiento de Jesús ante la situación de la gente?
d) ¿Qué hechos del Antiguo Testamento se evocan en este texto?
e) ¿Conoces iniciativas de personas que hoy dan de comer a la gente hambrienta?
f) ¿Cómo ayudamos nosotros a la gente? ¿Damos peces o enseñamos a pescar?
b) ¿Cuál es la situación de la gente, que se desprende del texto?
c) ¿Cuál es la reacción o el sentimiento de Jesús ante la situación de la gente?
d) ¿Qué hechos del Antiguo Testamento se evocan en este texto?
e) ¿Conoces iniciativas de personas que hoy dan de comer a la gente hambrienta?
f) ¿Cómo ayudamos nosotros a la gente? ¿Damos peces o enseñamos a pescar?
Continúa
jueves, 26 de mayo de 2016
Lectio Divina: Viernes, 27 de Mayo, 2016: Evangelio según san Marcos 11, 11-25. (8ª Semana del Tiempo durante el Año - Ciclo C -)
Lectio Divina:
Viernes, 27 Mayo, 2016
Viernes, 27 Mayo, 2016
ORACIÓN
Señor, Padre misericordioso. Tú has elegido a algunos hijos tuyos para que anuncien tu amor en el mundo, y así haces posible que llegue a todos los pueblos el fruto sabroso de tu Presencia. Haz que nuestro fruto permanezca a través de nuestra comunión contigo y con tu Hijo Jesús; ayúdanos a acogerlo como al Amigo y Maestro que cada día entra en el templo santo de nuestra vida." Que él renueve cada día su alianza con nosotros por nuestra fe y nuestra oración, que rebosen de confiado abandono. Amén.
LECTURA
Del Evangelio según San Marcos (11, 11-25)
11 Y entró en Jerusalén, en el Templo, y después de observar todo a su alrededor, siendo ya tarde, salió con los Doce para Betania.
12 Al día siguiente, saliendo ellos de Betania, sintió hambre.13 Y viendo de lejos una higuera con hojas, fue a ver si encontraba algo en ella; acercándose a ella, no encontró más que hojas; es que no era tiempo de higos.14 Entonces le dijo: "¡Que nunca jamás coma nadie fruto de ti!" Y sus discípulos oían esto.
15 Llegan a Jerusalén; y entrando en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y a los que compraban en el Templo; volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas
16 y no permitía que nadie transportase cosas por el Templo.
15 Llegan a Jerusalén; y entrando en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y a los que compraban en el Templo; volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas
16 y no permitía que nadie transportase cosas por el Templo.
17 Y les enseñaba, diciéndoles: "¿No está escrito: “Mi Casa será llamada Casa de oración para todas las gentes? “¡Pero vosotros la tenéis hecha una ”cueva de bandidos!".
18 Se enteraron de esto los sumos sacerdotes y los escribas y buscaban cómo podrían matarle; porque le tenían miedo, pues toda la gente estaba asombrada de su doctrina. 19 Y al atardecer, salía fuera de la ciudad.
20 Al pasar muy de mañana, vieron la higuera, que estaba seca hasta la raíz. 21 Pedro, recordándolo, le dice: "¡Rabí, mira!, la higuera que maldijiste está seca." 22 Jesús les respondió: "Tened fe en Dios. 23 Yo os aseguro que quien diga a este monte: "Quítate y arrójate al mar" y no vacile en su corazón sino que crea que va a suceder lo que dice, lo obtendrá. 24 Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis. 25 Y cuando os pongáis de pie para orar, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre, que está en los cielos, os perdone vuestras ofensas."
20 Al pasar muy de mañana, vieron la higuera, que estaba seca hasta la raíz. 21 Pedro, recordándolo, le dice: "¡Rabí, mira!, la higuera que maldijiste está seca." 22 Jesús les respondió: "Tened fe en Dios. 23 Yo os aseguro que quien diga a este monte: "Quítate y arrójate al mar" y no vacile en su corazón sino que crea que va a suceder lo que dice, lo obtendrá. 24 Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis. 25 Y cuando os pongáis de pie para orar, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre, que está en los cielos, os perdone vuestras ofensas."
Palabra del Señor
MEDITACIÓN
* “Jesús entró en Jerusalén, en el templo”. Una de las características de este pasaje es el continuo movimiento de de Jesús, expresado en la repetición alternativa de los verbos “entrar” y “salir” (vv. 11; 12; 15; 19). Realmente el Señor viene continuamente a nuestra vida, entra en nuestros espacios, en nuestra experiencia, pasa, anda entre nosotros y con nosotros, pero luego se va, se aleja, se deja buscar y esperar, y vuelve de nuevo y se deja encontrar. No desdeña entrar en la ciudad Santa, en el templo, ni tampoco dentro de nosotros, en nuestro corazón, ofreciéndonos su visita salvadora.
* “Sintió hambre”. El verbo usado por la pluma de Marcos es el mismo que usan Mateo y Lucas al narrar las tentaciones en el desierto (Mt 4, 2: Lc 4, 2), y pretende concretar una situación de debilidad, de fragilidad, de necesidad, de cansancio. Jesús busca algo más que un simple alimento para calmar su hambre; no es a la higuera a la que pide algo fuera de tiempo, sino que pide a su pueblo, a nosotros, el buen fruto del amor, que se sirve en la mesa de la alianza, del sí pronunciado con fe y con confianza.
* “una higuera con hojas”. La figura de la higuera, que en este pasaje ocupa un lugar central, es un símbolo muy fuerte del pueblo elegido, Israel; del templo y del culto ofrecido en él a Dios; e incluso de nosotros mismos, si así lo aceptamos, es decir, de la verdad más profunda que hay en nuestro corazón.
Las hojas de la higuera remiten claramente a la experiencia de Adán en el jardín del Edén, a su implicación con el pecado, a su desnudez y a su vergüenza posterior. En realidad, al pararse ante la higuera mientras iba de camino hacia Jerusalén y dirigir su mirada a las hojas que ocultan la falta de fruto, Jesús desvela nuestra verdad y deja al desnudo nuestro corazón, no para condenarlo, sino para salvarlo, para curarlo. De hecho, el fruto de la higuera es dulce; el Señor, para hablar a nuestra vida, busca la dulzura del amor. De esta manera, la higuera estéril, priva de fruto y de vida, hace presente el tiempo vacío de sentido y profanado, usado no para la relación con Dios, sino para la huída y para el no-encuentro. Como sucedió a Adán, así sucedió a Israel y tal vez lo mismo nos sucede también a nosotros.
* “los que vendían y compraban”. La escena de la purificación del templo (vv. 15-17), que Marcos introduce entre los dos momentos del relato, anticipando la maldición de la higuera sin fruto, es muy fuerte y viva. Ahora se nos invita a prestar atención a verbos y vocablos como “echar fuera”, “volcó”, “no permitía”, “vendían”, “compraban”, “cambistas”, “vendedores”, “bandidos”, transportar cosas”. Jesús inaugura una economía nueva en la que “hemos sido vendidos sin precio y rescatados sin dinero” (Is 52, 3), “hemos sido rescatados no por dinero ni por regalos” (Is 45, 13) y “hemos sido liberados no a precio de plata y oro, sino con la sangre preciosa de Cristo, el cordero sin defecto y sin mancha” (1 P 1, 18-19).
* “casa de oración”. Desde el templo somos conducidos a la casa, Morada de Dios, donde el verdadero sacrificio es la oración, es decir, el encuentro con Él cara a cara, como los hijos con su Padre. Aquí no se compra nada, no hay dinero, sino sólo el don del corazón que se abre con toda confianza a la oración y a la fe.
* “la higuera seca hasta la raíz”. Realmente estos son los nuevos temas que las palabras de Marcos quieren proponer a nuestra meditación mientras seguimos la lectura del pasaje. Es necesario salir del templo para entrar en la casa, es necesario salir de la compraventa para entrar en el don de la confianza: el árbol sin fruto está seco y parece estar a nuestro paso sólo para indicar el camino nuevo que hay que recorrer, en una nueva mañana (V, 20); un camino hacia Dios y hacia los hermanos.
* “tened fe sin vacilar”. Con esta hermosísima expresión Jesús nos enseña a descender a lo más profundo de nosotros mismos y a tantear nuestro corazón desde la verdad. El texto griego pone un verbo estupendo, que ha sido traducido como “vacilar” y que quiere expresar al respecto una ruptura interior, una división, un combate entre partes contrarias. De esta manera, Jesús nos invita a tener plena confianza en Él y en el Padre, a fin de evitar rompernos por dentro. Podemos acercarnos a Dios de manera plena y total, podemos estar en relación con Él, sin que sean necesarias hojas para enmascararnos, sin tener que contar monedas y calcular el precio a pagar, sin hacer compartimentos dentro de nosotros, sino ofreciéndonos totalmente a Él, tal como somos, los que somos, llevando en nosotros el fruto bueno y dulce del amor.
* “cuando os pongáis de pie para orar, perdonad”. No puede ser de otra manera: en la vida del cristiano, el término y el iniciar de nuevo el camino de la fe y de la oración se concretan en la relación con los hermanos y las hermanas, en el encuentro con ellos, en el diálogo, en el don recíproco. No existe oración, ni culto a Dios, ni templo santo, ni sacrificio agradable a Dios, no existe fruto ni dulzura, sin el amor hacia el hermano y la hermana. Marcos lo llama perdón, Jesús lo llama amor, que es el único fruto capaz de saciar nuestra hambre, de aliviar nuestro cansancio.
Algunas preguntas
* Al meditar este pasaje, he encontrado dos figuras muy fuertes: la higuera y el templo, ambos sin fruto, sin vida y sin amor. He visto a Jesús que con su venida y con su obrar firme y seguro ha cambiado esta situación y ofrece un nuevo rostro de la vida. ¿Reconozco que necesito dejarme alcanzar por el Señor, dejarme tocar por Él? ¿Me veo, en alguno de los aspectos de mi vida, como la higuera estéril, sin fruto, o como el templo, lugar frío de comercio y de cálculos? ¿Siento dentro de mí el deseo de producir el fruto dulce del amor, de la amistad, del compartir? ¿Tengo hambre de orar, de tener una verdadera relación con el Padre?
* Siguiendo a Jesús a lo largo del camino, también yo puedo entrar en la nueva mañana de su Ley, de su enseñanza. ¿Reconozco las rupturas que hay en mi corazón? ¿En qué siento especialmente que estoy dividido, inseguro y desorientado? ¿Por qué no consigo fiarme totalmente de mi Padre? ¿Por qué aún cojeo de los dos pies, como dice el profeta Elías (cfr. 1 R 18, 21)? ¡Yo sé que el Señor es Dios y por eso deseo seguirlo! Pero no yendo solo, sino abriendo el corazón a muchos hermanos y hermanas, ofreciéndome como amigo y compañero de viaje, para compartir la alegría y las fatigas, los miedos y el entusiasmo del camino; estoy seguro de que siguiendo al Señor seré feliz. Amén.
ORACIÓN FINAL
Señor, quiero cantar un canto nuevo.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles.
Que se alegre Israel por su creador,
los hijos de Sión por su rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles.
Que se alegre Israel por su creador,
los hijos de Sión por su rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras.
Porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos.
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos.
(Salmo 149)
Lectio Divina: Jueves, 26 de Mayo, 2016: Evangelio según san Marcos 10,46-52. (8ª Semana del Tiempo durante el Año - Ciclo C -)
Lectio Divina:
Jueves, 26 Mayo, 2016
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Concédenos tu ayuda, Señor, para que el mundo progrese, según tus designios; gocen las naciones de una paz estable y tu Iglesia se alegre de poder servirte con una entrega confiada y pacífica. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del santo Evangelio según Marcos 10,46-52
Llegan a Jericó. Y cuando salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!» Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!» Jesús se detuvo y dijo: «Llamadle.» Llaman al ciego, diciéndole: «¡Ánimo, levántate! Te llama.» Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino ante Jesús. Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: «¿Qué quieres que te haga?» El ciego le dijo: «Rabbuní, ¡que vea!» Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado.» Y al instante recobró la vista y le seguía por el camino.
Palabra del Señor
Llegan a Jericó. Y cuando salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!» Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!» Jesús se detuvo y dijo: «Llamadle.» Llaman al ciego, diciéndole: «¡Ánimo, levántate! Te llama.» Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino ante Jesús. Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: «¿Qué quieres que te haga?» El ciego le dijo: «Rabbuní, ¡que vea!» Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado.» Y al instante recobró la vista y le seguía por el camino.
Palabra del Señor
3) Reflexión
• El evangelio de hoy describe la curación del ciego Bartimeo (Mc 10,46-52) que encierra la larga instrucción de Jesús sobre la Cruz. Al inicio de la instrucción, había la curación de un ciego anónimo (Mc 8,22-26). Las dos curaciones de ciegos son el símbolo de lo que pasaba entre Jesús y los discípulos.
• Marcos 10,46-47: El grito del ciego Bartimeo. Finalmente, después de una larga travesía, Jesús y los discípulos llegan a Jericó, última parada antes de la subida a Jerusalén. El ciego Bartimeo está sentado junto al camino. No puede participar en la procesión que acompaña a Jesús. Pero grita, invocando la ayuda de Jesús: “¡Jesús, hijo de David, ten piedad de mí!”. A lo largo de los siglos, mediante la práctica de los monjes del desierto, esta invocación del pobre Bartimeo llegó a ser aquello que se tiene la costumbre de llamar “La oración de Jesús”. Los monjes lo repiten con los labios, sin parar, y va de los labios al corazón. La persona, dopo poco tiempo, no reza ya, sino que toda ella se vuelve oración.
• Marcos 10,48-51: Jesús escucha el grito del ciego. El grito del pobre incomoda. Los que van en procesión tratan de acallarlo. Pero “¡él gritaba mucho más!” Y Jesús, ¿qué hace? El escucha el grito del pobre, se para y ¡manda llamarle! Los que querían hacer callar el grito incómodo del pobre, ahora, a petición de Jesús, se ven obligados a llevar al pobre ante Jesús: “Animo. Levántate. Te llama". Bartimeo deja todo y va hacia Jesús. No tiene mucho. Apenas un manto. Era lo que tenía para cubrir su cuerpo (cf. Ex 22,25-26). Era su seguridad, ¡su tierra! Jesús pregunta: “¿Qué quieres que te haga?” No basta gritar. Hay que saber el porqué uno grita. “¡Rabbuni” Maestro! ¡Que vea!” Bartimeo había invocado a Jesús con ideas no del todo correctas, pues el título “Hijo de David” no era muy bueno. Jesús mismo lo había criticado (Mc 12,35-37). Pero Bartimeo tenía más fe en Jesús que en sus propias ideas. Dio en el blanco. No fue exigente como Pedro. Supo entregar su vida, aceptando a Jesús, sin imponer condiciones, y el milagro aconteció.
• Marcos 10,52: Tu fe te ha salvado. Jesús le dijo: "Vete, tu fe te ha salvado." En ese mismo instante, Bartimeo empezó a ver de nuevo y seguía a Jesús por el camino, su curación es fruto de su fe en Jesús. Curado, lo deja todo, sigue a Jesús por el camino y sube con él hacia el Calvario en Jerusalén. Bartimeo se vuelve discípulo modelo para todos nosotros que queremos “seguir a Jesús por el camino” en dirección hacia Jerusalén. En esta decisión de caminar con Jesús está la fuente del valor y la semilla de la victoria sobre la cruz. Pues la cruz no es una fatalidad, ni una exigencia de Dios. Es la consecuencia del compromiso asumido con Dios: servir a los hermanos y no aceptar el privilegio.
• La fe es una fuerza que transforma a las personas. La curación del ciego Bartimeo aclara un aspecto muy importante de cómo debe ser la fe en Jesús. Pedro había dicho a Jesús: “¡Tú eres el Cristo!” (Mc 8,29). Su doctrina era correcta, porque Jesús es el Cristo, el Mesías. Pero cuando Jesús dice que el Mesías ha de sufrir, Pedro reacciona y no acepta. Pedro tiene una doctrina correcta, pero se fe en Jesús no lo era mucho. Por el contrario, Bartimeo, había invocado a Jesús con el título de “¡Hijo de David!” (Mc 10,47). A Jesús no le gustaba mucho este título (Mc 12,35-37). Así que, aún invocando a Jesús con una doctrina no del todo correcta, Bartimeo tiene fe ¡y es curado! Diferentemente de Pedro (Mc 8,32-33), cree más en Jesús que en las ideas que tenía sobre Jesús. Se convierte, lo deja todo y sigue a Jesús por el camino hacia el Calvario. (Mc 10,52). La comprensión total del seguimiento de Jesús, no se obtiene por la instrucción teórica, sino por el compromiso práctico, caminando con él por el camino del servicio y de la gratuidad, desde Galilea hasta Jerusalén. Quien insiste en mantener la idea de Pedro, es decir, del Mesías glorioso sin la cruz, no va a entender nada de Jesús y nunca llegará a tener una actitud de verdadero discípulo. Quien sabe creer en Jesús y hacer “entrega de sí” (Mc 8,35), aceptar “ser el último” (Mc 9,35), “beber el cáliz y cargar con su cruz” (Mc 10,38), éste, al igual que Bartimeo, aún teniendo ideas no enteramente correctas, logrará entender y “seguirá a Jesús por el camino” (Mc 10,52). En esta certeza de caminar con Jesús está la fuente de la audacia y la semilla de la victoria sobre la cruz.
• Marcos 10,46-47: El grito del ciego Bartimeo. Finalmente, después de una larga travesía, Jesús y los discípulos llegan a Jericó, última parada antes de la subida a Jerusalén. El ciego Bartimeo está sentado junto al camino. No puede participar en la procesión que acompaña a Jesús. Pero grita, invocando la ayuda de Jesús: “¡Jesús, hijo de David, ten piedad de mí!”. A lo largo de los siglos, mediante la práctica de los monjes del desierto, esta invocación del pobre Bartimeo llegó a ser aquello que se tiene la costumbre de llamar “La oración de Jesús”. Los monjes lo repiten con los labios, sin parar, y va de los labios al corazón. La persona, dopo poco tiempo, no reza ya, sino que toda ella se vuelve oración.
• Marcos 10,48-51: Jesús escucha el grito del ciego. El grito del pobre incomoda. Los que van en procesión tratan de acallarlo. Pero “¡él gritaba mucho más!” Y Jesús, ¿qué hace? El escucha el grito del pobre, se para y ¡manda llamarle! Los que querían hacer callar el grito incómodo del pobre, ahora, a petición de Jesús, se ven obligados a llevar al pobre ante Jesús: “Animo. Levántate. Te llama". Bartimeo deja todo y va hacia Jesús. No tiene mucho. Apenas un manto. Era lo que tenía para cubrir su cuerpo (cf. Ex 22,25-26). Era su seguridad, ¡su tierra! Jesús pregunta: “¿Qué quieres que te haga?” No basta gritar. Hay que saber el porqué uno grita. “¡Rabbuni” Maestro! ¡Que vea!” Bartimeo había invocado a Jesús con ideas no del todo correctas, pues el título “Hijo de David” no era muy bueno. Jesús mismo lo había criticado (Mc 12,35-37). Pero Bartimeo tenía más fe en Jesús que en sus propias ideas. Dio en el blanco. No fue exigente como Pedro. Supo entregar su vida, aceptando a Jesús, sin imponer condiciones, y el milagro aconteció.
• Marcos 10,52: Tu fe te ha salvado. Jesús le dijo: "Vete, tu fe te ha salvado." En ese mismo instante, Bartimeo empezó a ver de nuevo y seguía a Jesús por el camino, su curación es fruto de su fe en Jesús. Curado, lo deja todo, sigue a Jesús por el camino y sube con él hacia el Calvario en Jerusalén. Bartimeo se vuelve discípulo modelo para todos nosotros que queremos “seguir a Jesús por el camino” en dirección hacia Jerusalén. En esta decisión de caminar con Jesús está la fuente del valor y la semilla de la victoria sobre la cruz. Pues la cruz no es una fatalidad, ni una exigencia de Dios. Es la consecuencia del compromiso asumido con Dios: servir a los hermanos y no aceptar el privilegio.
• La fe es una fuerza que transforma a las personas. La curación del ciego Bartimeo aclara un aspecto muy importante de cómo debe ser la fe en Jesús. Pedro había dicho a Jesús: “¡Tú eres el Cristo!” (Mc 8,29). Su doctrina era correcta, porque Jesús es el Cristo, el Mesías. Pero cuando Jesús dice que el Mesías ha de sufrir, Pedro reacciona y no acepta. Pedro tiene una doctrina correcta, pero se fe en Jesús no lo era mucho. Por el contrario, Bartimeo, había invocado a Jesús con el título de “¡Hijo de David!” (Mc 10,47). A Jesús no le gustaba mucho este título (Mc 12,35-37). Así que, aún invocando a Jesús con una doctrina no del todo correcta, Bartimeo tiene fe ¡y es curado! Diferentemente de Pedro (Mc 8,32-33), cree más en Jesús que en las ideas que tenía sobre Jesús. Se convierte, lo deja todo y sigue a Jesús por el camino hacia el Calvario. (Mc 10,52). La comprensión total del seguimiento de Jesús, no se obtiene por la instrucción teórica, sino por el compromiso práctico, caminando con él por el camino del servicio y de la gratuidad, desde Galilea hasta Jerusalén. Quien insiste en mantener la idea de Pedro, es decir, del Mesías glorioso sin la cruz, no va a entender nada de Jesús y nunca llegará a tener una actitud de verdadero discípulo. Quien sabe creer en Jesús y hacer “entrega de sí” (Mc 8,35), aceptar “ser el último” (Mc 9,35), “beber el cáliz y cargar con su cruz” (Mc 10,38), éste, al igual que Bartimeo, aún teniendo ideas no enteramente correctas, logrará entender y “seguirá a Jesús por el camino” (Mc 10,52). En esta certeza de caminar con Jesús está la fuente de la audacia y la semilla de la victoria sobre la cruz.
4) Para la reflexión personal
• Una pregunta indiscreta: “Yo, en mi forma de vivir la fe, ¿soy como Pedro o como Bartimeo?
• Hoy, en la iglesia, la mayoría de la gente ¿es como Pedro o como Bartimeo?
• Hoy, en la iglesia, la mayoría de la gente ¿es como Pedro o como Bartimeo?
5) Oración final
Pues bueno es Yahvé y eterno su amor,
su lealtad perdura de edad en edad. (Sal 100,5)
su lealtad perdura de edad en edad. (Sal 100,5)
martes, 24 de mayo de 2016
Lectio Divina: Martes, 24 de Mayo, 2016: Evangelio según san Marcos 10,28-31. (8ª Semana del Tiempo durante el Año - Ciclo C -)
Lectio Divina:
Martes, 24 Mayo, 2016
Tiempo Ordinario
1) ORACIÓN INICIAL
Concédenos tu ayuda, Señor, para que el mundo progrese, según tus designios; gocen las naciones de una paz estable y tu Iglesia se alegre de poder servirte con una entrega confiada y pacífica. Por nuestro Señor.
2) LECTURA
Del santo Evangelio según Marcos 10,28-31
Pedro se puso a decirle: «Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.» Jesús dijo: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora, al presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y los últimos, primeros.»
Palabra del Señor
3) REFLEXIÓN
• En el evangelio de ayer, Jesús hablaba de la conversión que tiene que existir en la relación de los discípulos con los bienes materiales: desprenderse de las cosas, venderlo todo, darlo a los pobres y seguir a Jesús. Es decir, al igual que Jesús, vivir en una total gratuidad, entregando la propia vida a Dios y poniéndola en sus manos al servicio de los hermanos y de las hermanas (Mc 10,17-27). En el evangelio de hoy, Jesús explica mejor cómo debe ser esta vida de gratuidad y de servicio de los que abandonan todo por Jesús y por el Evangelio (Mc 10,28-31).
• Marcos 10,28-31: El ciento por uno, pero con persecuciones. Pedro observa: "Ya lo ves, nosotros hemos dejado todo y te seguimos". Es como si dijera: “Hicimos lo que el Señor pidió al joven rico. Lo dejamos todo y te seguimos. ¿Nos explica cómo debe ser nuestra vida?” Pedro quiere que Jesús explicite un poco más el nuevo modo de vivir con espíritu de gratuidad y de servicio. La respuesta de Jesús es bonita, profunda y simbólica: "Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora, al presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna”. El tipo de vida que resulta de la entrega de todo es lo que Jesús quiere realizar: (a) Ensancha la familia y crea comunidad, pues aumenta cien veces el número de hermanos y hermanas. (b) Hace que los bienes se compartan, pues todos tendrán cien veces más casas y campos. La providencia divina se encarna y pasa por la organización fraterna, donde todo es de todos y no habrá más necesitados. Ellos cumplen la ley de Dios que pide “entre vosotros no haya pobres” (Dt 15,4-11). Fue lo que hicieron los primeros cristianos (He 2,42-45). Es la vivencia perfecta del servicio y de la gratuidad. (c) No deben esperar ninguna ventaja en cambio, ni seguridad, ni promoción de nada. Por el contrario, en esta vida tendrán todo esto, pero con persecuciones. Pues los que en este mundo organizado a partir del egoísmo y de los intereses de grupos y personas, viven a partir del amor gratuito y de la entrega de sí, éstos, al igual que Jesús, serán crucificados. (d) Serán perseguidos en este mundo, pero, en el mundo futuro tendrán la vida eterna de la que hablaba el joven rico.
• Jesús y la opción por los pobres. Un doble cautiverio marcaba la situación de la gente en la época de Jesús: el cautiverio de la política de Herodes, apoyada por el Imperio Romano y mantenida por todo un sistema bien organizado de exploración y de represión, y el cautiverio de la religión oficial, mantenida por las autoridades religiosas de la época. Por esto, el clan, la familia, la comunidad, se estaba desintegrando y una gran parte de la gente vivía excluida, marginada, sin techo, sin religión, sin sociedad. Por esto había varios movimientos que, al igual que Jesús, buscaban una nueva manera de vivir y convivir en comunidad: esenios, fariseos y, más tarde, los zelotes. Dentro de la comunidad de Jesús, sin embargo, había algo nuevo que marcaba la diferencia con los otros grupos. Era la actitud ante los pobres y excluidos. Las comunidades de los fariseos vivían separadas. La palabra “fariseo” quiere decir “separado”. Vivían separadas del pueblo impuro. Muchos fariseos consideraban al pueblo como ignorante y maldito (Jn 7,49), lugar de pecado (Jn 9,34). Jesús y su comunidad, por el contrario, vivían mezclados con las personas excluidas, consideradas impuras: publicanos, pecadores, prostitutas, leprosos (Mc 2,16; 1,41; Lc 7,37). Jesús reconoce la riqueza y el valor que los pobres poseen (Mt 11,25-26; Lc 21,1-4). Los proclama felices porque el Reino es de ellos, de los pobres (Lc 6,20; Mt 5,3). Define su propia misión como “anunciar la Buena Nueva a los pobres” (Lc 4, 18). El mismo vive como pobre. No posee nada suyo, ni siquiera una piedra donde reclinar la cabeza (Lc 9,58). Y a quien quiere seguirle para vivir con él, manda escoger: ¡o Dios, o el dinero! (Mt 6,24). ¡Manda hacer la opción por los pobres! (Mc 10,21) La pobreza que caracterizaba la vida de Jesús y de los discípulos, caracterizaba también la misión. Al contrario d los otros misioneros (Mt 23,15), los discípulos y las discípulas de Jesús no podían llevar nada, ni oro, ni plata, ni dos túnicas, ni saco, ni sandalias (Mt 10,9-10). Debían confiar en la hospitalidad (Lc 9,4; 10,5-6). Y en caso de que fueran acogidos por la gente, debían trabajar como todo el mundo y vivir de lo que recibían a cambio (Lc 10,7-8). Además de esto, debían ocuparse de los enfermos y necesitados (Lc 10,9; Mt 10,8). Entonces podían decir a la gente: “¡El Reino de Dios ha llegado!” (Lc 10,9).
4) PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL
• En tu vida, ¿cómo acoges la propuesta de Pedro: “Dejamos todo y te seguimos”?
• Compartir, gratuidad, servicio, acogida a los excluidos son signos del Reino. ¿Cómo los vivo hoy?
5) ORACIÓN FINAL
Los confines de la tierra han visto
la salvación de nuestro Dios.
¡Aclama a Yahvé, tierra entera,
gritad alegres, gozosos, cantad! (Sal 98,3-4)
la salvación de nuestro Dios.
¡Aclama a Yahvé, tierra entera,
gritad alegres, gozosos, cantad! (Sal 98,3-4)
lunes, 23 de mayo de 2016
Lectio Divina: Lunes, 23 de Mayo, 2016: Evangelio según san Marcos 10,17-27. (8ª Semana del Tiempo durante el Año - Ciclo C -)
Lectio Divina:
Lunes, 23 Mayo, 2016
Tiempo Ordinario
1) ORACIÓN INICIAL
Concédenos tu ayuda, Señor, para que el mundo progrese, según tus designios; gocen las naciones de una paz estable y tu Iglesia se alegre de poder servirte con una entrega confiada y pacífica. Por nuestro Señor.
2) LECTURA
Del santo Evangelio según Marcos 10,17-27
Se ponía ya en camino cuando uno corrió a su encuentro y, arrodillándose ante él, le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?» Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes falso testimonio, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre.» Él, entonces, le dijo: «Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud.» Jesús, fijando en él su mirada, le amó y le dijo: «Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme.» Pero él, abatido por estas palabras, se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes. Jesús, mirando a su alrededor, dice a sus discípulos: «¡Qué difícil es que los que tienen riquezas entren en el Reino de Dios!» Los discípulos quedaron sorprendidos al oírle estas palabras. Mas Jesús, tomando de nuevo la palabra, les dijo: «¡Hijos, qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de la aguja, que el que un rico entre en el Reino de Dios.» Pero ellos se asombraban aún más y se decían unos a otros: «Y ¿quién se podrá salvar?» Jesús, mirándolos fijamente, dice: «Para los hombres, imposible; pero no para Dios, porque todo es posible para Dios.»
Palabra del Señor
3) REFLEXIÓN
• El evangelio de hoy narra dos cosas:
(a) cuenta la historia del hombre rico que pregunta por el camino de la vida eterna (Mc 10,17-22), y
(b) Jesús llama la atención sobre el peligro de las riquezas (Mc 10,23-27).
El hombre rico no aceptó la propuesta de Jesús, pues era muy rico. Una persona rica está protegida por la seguridad que la riqueza le da. Tiene dificultad en abrir la mano y dejar escapar esta seguridad. Agarrada a las ventajas de sus bienes vive defendiendo sus propios intereses. Una persona pobre no acostumbra tener esta preocupación. Pero puede que tenga una cabeza de rico. Entonces, el deseo de riqueza crea en ella una dependencia y hace que esta persona se vuelva esclava del consumismo. Hay gente que tiene tantas actividades que ya no tiene tiempo para dedicarse al servicio del prójimo. Con esta problemática en la cabeza, tanto de las personas como de los países, vamos a meditar el texto del hombre rico.
• Marcos 10,17-19: La observancia de los mandamientos y la vida eterna. Alguien llega cerca de Jesús y le pregunta: “Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia la vida eterna?” El evangelio de Mateo informa que se trata de un joven (Mt 19,20.22). Jesús responde bruscamente: “¿Por qué me llamas bueno? ¡Nadie es bueno, sino sólo Dios!” Jesús aleja la atención sobre si mismo y apunta hacia Dios, pues lo que importa es hacer la voluntad de Dios, revelar el Proyecto del Padre. En seguida, Jesús afirma: “Ya sabes los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes falso testimonio, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre”. Es importante mirar bien la respuesta de Jesús. El joven había preguntado por la vida eterna. ¡Quería vivir cerca de Dios! Pero Jesús no menciona los tres primeros mandamientos que definen nuestra relación con Dios. Recuerda los mandamientos que hablan del respeto a la vida ¡cerca del prójimo! Para Jesús, sólo conseguimos estar bien con Dios, si estamos bien con el prójimo. No sirve de nada engañarse. La puerta para llegar a Dios es el prójimo.
• Marcos 10,20: Observar los mandamientos, ¿para qué sirve? El hombre responde diciendo que ya observaba los mandamientos desde su juventud. Lo que es curioso es lo siguiente. El había preguntado por el camino de la vida. Ahora, el camino de la vida era y sigue siendo: hacer la voluntad de Dios expresada en los mandamientos. Quiere decir que él observaba los mandamientos sin saber a qué servían. De lo contrario, no hubiera hecho la pregunta. Es como lo que ocurre a muchos católicos de hoy: no saben decir para qué sirve ser católico. ”Nací en un país católico, ¡por esto soy católico!” ¡Cosa de costumbre!
• Marcos 10,21-22: Compartir los bienes con los pobres y seguir a Jesús. Oyendo la respuesta del joven: “Jesús fijando en él su mirada, le amó y le dijo: «Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme.» La observancia de los mandamientos es apenas el primer grado de una escalera que va más allá y más alto. ¡Jesús pide más! La observancia de los mandamientos prepara a la persona para que pueda llegar a la entrega total de sí a favor del prójimo. Jesús pide mucho, pero lo pide con mucho amor. El joven no aceptó la propuesta de Jesús y se fue “porque tenía muchos bienes”.
• Marcos 10,23-27: El camello y el ojo de la aguja. Después de que el joven se fuera, Jesús comentó su decisión: ¡Qué difícil es que los que tenga riquezas entren en el Reino de los Cielos! Los discípulos quedaron asombrados. Jesús repite la misma frase y añade: ¡Qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de la aguja, que el que un rico entre en el Reino de Dios.» La expresión “entrar en el Reino” indica no sólo y en primer lugar la entrada en el cielo después de la muerte, sino también y sobre todo la entrada en comunidad alrededor de Jesús. La comunidad es y debe ser una muestra del Reino. La alusión a la imposibilidad de que un camello pase por el ojo de la aguja viene de un proverbio popular de la época usado por el pueblo para decir que una cosa era humanamente imposible. Los discípulos quedaron desconcertados ante la afirmación de Jesús y se preguntaban unos a otros: "¿Y quién se podrá salvar?" Señal de que no habían entendido la respuesta de Jesús al joven rico:“Va, vende todos sus bienes y dalos a los pobres, luego ven y ¡sígueme!” El joven había observado los mandamientos desde su juventud, pero sin entender el porqué de la observancia. Algo semejante estaba aconteciendo con los discípulos. Ellos habían abandonado ya todos los bienes según había pedido Jesús al joven rico, pero ¡sin entender el porqué del abandono! Si lo hubiesen entendido no se hubiesen quedado asombrados ante la exigencia de Jesús. Cuando la riqueza o el deseo de la riqueza ocupan el corazón y la mirada, la persona deja de percibir el sentido del evangelio. ¡Sólo Dios puede ayudar! Jesús mira a los discípulos y dice: "Para los hombres, imposible, pero no para Dios. ¡Porque todo es posible para Dios!"
4) PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL
• Una persona que vive preocupada con su riqueza o que vive adquiriendo las cosas de la propaganda de la tele, ¿puede liberarse de todo para seguir a Jesús y vivir en paz en una comunidad cristiana? ¿Es posible? ¿Qué piensas tú? ¿Cómo lo haces tú?
• ¿Conoces a alguien que consiguió dejarlo todo por el Reino? ¿Qué significa hoy para nosotros: “Va, vende todo, dalo a los pobres”? ¿Cómo entender y practicar hoy a los consejos que Jesús dio al joven rico?
5) ORACIÓN FINAL
Doy gracias a Yahvé de todo corazón,
en la reunión de los justos y en la comunidad.
Grandes son las obras de Yahvé,
meditadas por todos que las aman. (Sal 111,1-2)
en la reunión de los justos y en la comunidad.
Grandes son las obras de Yahvé,
meditadas por todos que las aman. (Sal 111,1-2)
domingo, 22 de mayo de 2016
Lectio Divina : Domingo, 15 de Mayo, 2016: Fiesta de Pentecostés: Evangelio según san Juan 14, 15-16.23-2. : (- Ciclo C -)
La promesa del Consolador. El Espíritu Santo,
maestro y memoria viva de la Palabra de Jesús
1. Oración inicial
Señor, Padre misericordioso, en este día santísimo yo grito hasta ti desde mi cuarto con las puertas cerradas; a ti elevo mi oración desde el miedo y la inmovilidad de la muerte. Haz que venga Jesús y que se detenga en el centro de mi corazón, para arrojar toda miedo y toda oscuridad. Haz que venga tu paz, que es paz verdadera, paz del corazón. Y haz que venga tu Espíritu Santo, que es fuego de amor, que inflama e ilumina, funde y purifica; que es agua viva, que salta hasta la vida eterna, que quita la sed y limpia, bautiza y renueva; que es viento impetuoso y suave al mismo tempo, soplo de tu voz y de tu respiro; que es paloma anunciadora de perdón, de un comienzo nuevo y duradero para toda la tierra.
Manda tu Espíritu sobre mí, en el encuentro con esta Palabra, en este encuentro con tu Palabra, en la escucha de ella y en la penetración de los misterios que ella conserva; que yo sea colmado y sumergido, que sea bautizado y hecho hombre nuevo, por el don de mi vida a ti y a los hermanos. Amén, aleluya.
Señor, Padre misericordioso, en este día santísimo yo grito hasta ti desde mi cuarto con las puertas cerradas; a ti elevo mi oración desde el miedo y la inmovilidad de la muerte. Haz que venga Jesús y que se detenga en el centro de mi corazón, para arrojar toda miedo y toda oscuridad. Haz que venga tu paz, que es paz verdadera, paz del corazón. Y haz que venga tu Espíritu Santo, que es fuego de amor, que inflama e ilumina, funde y purifica; que es agua viva, que salta hasta la vida eterna, que quita la sed y limpia, bautiza y renueva; que es viento impetuoso y suave al mismo tempo, soplo de tu voz y de tu respiro; que es paloma anunciadora de perdón, de un comienzo nuevo y duradero para toda la tierra.
Manda tu Espíritu sobre mí, en el encuentro con esta Palabra, en este encuentro con tu Palabra, en la escucha de ella y en la penetración de los misterios que ella conserva; que yo sea colmado y sumergido, que sea bautizado y hecho hombre nuevo, por el don de mi vida a ti y a los hermanos. Amén, aleluya.
2. Lectura
a) Para situar el pasaje en su contexto:
Estos pocos versículos, por otra parte no continuos, son como algunas gotas de agua extraídas del océano; de hecho, forman parte del largo y estupendo discurso del evangelio de San Juan que desde el cap. 13,31 abarca a todo el capítulo 17. Desde el comienzo hasta el final de esta unidad discursiva, profundísima e indecible, se trata solamente de un único tema: «ir a Jesús», que aparece incluso en 13, 33: “Todavía por un poco estoy con vosotros, donde yo voy, vosotros no podéis venir” y en 16, 28: “Salí del Padre y he venido al mundo. Ahora dejo otra vez el mundo y voy al Padre.» y aún en 17, 13: “Pero ahora voy a ti, Padre”. El ir de Jesús hacia el Padre incluye también el significado de nuestro caminar, de nuestro recorrido existencial y de fe en el mundo; aquí es donde aprendemos a seguir a Jesús, a escucharlo, a vivir como Él. Aquí se nos ofrece la revelación más completa sobre Jesús en el misterio de la Trinidad, como también la revelación sobre su vida cristiana, su poder, su misión, su alegría y su dolor, su esperanza y su lucha. Penetrando estas palabras, podemos encontrar la verdad del Señor Jesús y de nosotros ante Él, en Él.
Estos versículos hablan en particular de tres motivos de consolación muy fuertes para nosotros: la promesa de la venida del Consolador; la venida del Padre y del Hijo al alma del discípulo que cree; la presencia de un maestro, que es el Espíritu Santo, gracias al cual la enseñanza de Jesús no pasará jamás.
Estos versículos hablan en particular de tres motivos de consolación muy fuertes para nosotros: la promesa de la venida del Consolador; la venida del Padre y del Hijo al alma del discípulo que cree; la presencia de un maestro, que es el Espíritu Santo, gracias al cual la enseñanza de Jesús no pasará jamás.
b) Para ayudar en la lectura del pasaje:
vv. 15-16: Jesús revela que la observancia de sus mandamientos no está hecha a base de constreñir, sino que es un fruto dulce, que nace del amor del discípulo hacia Él. A esta obediencia amorosa está unida la oración omnipotente de Jesús por nosotros. El Señor promete la venida de otro Consolador, enviado desde el Padre, que permanecerá siempre con nosotros para conjurar definitivamente nuestra soledad.
vv. 23-24: Jesús repite que el amor y la observancia de sus mandamientos son dos realidades vitales esencialmente unidas entre sí, que tienen el poder de introducir al discípulo en la vida mística, esto es, en la experiencia de la comunión inmediata y personal con Jesús y con el Padre.
v. 25: Jesús afirma una cosa muy importante: hay una diferencia substancial entre las cosas que Él ha dicho mientras estaba junto a los discípulos y las cosas que dirá después cuando, gracias al Espíritu, Él estará dentro de ellos. Antes, la comprensión era solo limitada, porque la relación con Él era externa: la Palabra venía de fuera y llegaba a los oídos, pero no eran pronunciadas dentro. Después, la comprensión será plena.
v. 26: Jesús anuncia al Espíritu Santo como maestro, que no enseñará ya desde fuera, sino viniendo desde dentro de nosotros. Él vivificará las Palabras de Jesús, que habían sido olvidadas y las recordará, hará que los discípulos puedan comprenderlas plenamente.
vv. 23-24: Jesús repite que el amor y la observancia de sus mandamientos son dos realidades vitales esencialmente unidas entre sí, que tienen el poder de introducir al discípulo en la vida mística, esto es, en la experiencia de la comunión inmediata y personal con Jesús y con el Padre.
v. 25: Jesús afirma una cosa muy importante: hay una diferencia substancial entre las cosas que Él ha dicho mientras estaba junto a los discípulos y las cosas que dirá después cuando, gracias al Espíritu, Él estará dentro de ellos. Antes, la comprensión era solo limitada, porque la relación con Él era externa: la Palabra venía de fuera y llegaba a los oídos, pero no eran pronunciadas dentro. Después, la comprensión será plena.
v. 26: Jesús anuncia al Espíritu Santo como maestro, que no enseñará ya desde fuera, sino viniendo desde dentro de nosotros. Él vivificará las Palabras de Jesús, que habían sido olvidadas y las recordará, hará que los discípulos puedan comprenderlas plenamente.
c) El texto: Evangelio según san Juan 14, 15-16.23-2. :
15 Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; 16 y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre.
23 «Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. 24 El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra no es mía, sino del Padre que me ha enviado. 25 Os he dicho estas cosas estando entre vosotros. 26 Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho.
23 «Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. 24 El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra no es mía, sino del Padre que me ha enviado. 25 Os he dicho estas cosas estando entre vosotros. 26 Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho.
Palabra del Señor
Continúa..
jueves, 19 de mayo de 2016
Lectio Divina: Viernes, 20 de Mayo, 2016: Evangelio según san Marcos 10,1-12. (7ª Semana del Tiempo durante el Año - Ciclo C -)
Lectio Divina:
Viernes, 20 Mayo, 2016
Viernes, 20 Mayo, 2016
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Dios todopoderoso y eterno: concede a tu pueblo que la meditación asidua de tu doctrina le enseñe a cumplir de palabra y de obra, lo que a ti te complace. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del santo Evangelio según Marcos 10,1-12
Y levantándose de allí va a la región de Judea, y al otro lado del Jordán, y de nuevo vino la gente hacia él y, como acostumbraba, les enseñaba. Se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: «¿Puede el marido repudiar a la mujer?» Él les respondió: «¿Qué os prescribió Moisés?» Ellos le dijeron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla.» Jesús les dijo: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto. Pero desde el comienzo de la creación, Él los hizo varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre.» Y ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto. Él les dijo: «Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.»
Y levantándose de allí va a la región de Judea, y al otro lado del Jordán, y de nuevo vino la gente hacia él y, como acostumbraba, les enseñaba. Se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: «¿Puede el marido repudiar a la mujer?» Él les respondió: «¿Qué os prescribió Moisés?» Ellos le dijeron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla.» Jesús les dijo: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto. Pero desde el comienzo de la creación, Él los hizo varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre.» Y ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto. Él les dijo: «Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.»
Palabra del Señor
3) Reflexión
• El evangelio de ayer traía los consejos de Jesús sobre la relación entre adultos y niños, entre grandes y pequeños en la sociedad. El evangelio de hoy trae consejos sobre cómo debe ser la relación entre hombre y mujer, entre marido y mujer.
• Marcos 10,1-2: La pregunta de los fariseos: “¿el marido puede repudiar a la mujer?” La pregunta es maliciosa Pretende poner a prueba a Jesús. “¿Es lícito a un marido repudiar a su mujer?”Señal de que Jesús tenía una opinión diferente, pues de lo contrario los fariseos no irían a interrogarlo sobre este asunto. No preguntan si es lícito que una esposa repudie a su marido. Esto no les pasa por la cabeza. Signo claro del fuerte dominio machista y de la marginación de la mujer en la sociedad de aquel tiempo.
• Marcos 10,3-9: La respuesta de Jesús: el hombre no puede repudiar a la mujer. En vez de responder, Jesús pregunta: “¿Qué dice la ley de Moisés?” La ley permitía al hombre escribir una carta de divorcio y repudiar a la mujer. Este permiso revela el machismo. El hombre podía repudiar a la mujer, pero la mujer no tenía este mismo derecho. Jesús explica que Moisés actuó así por la dureza de corazón de la gente, pero la intención de Dios era otra, cuando creó al ser humano. Jesús vuelve al proyecto del Creador y niega al hombre el derecho de repudiar a su mujer. Quita el privilegio del hombre ante la mujer y pide el máximo de igualdad entre los dos.
• Marcos 10,10-12: Igualdad hombre y mujer. En casa, los discípulos hacen preguntas sobre este asunto. Jesús saca las conclusiones y reafirma la igualdad de derechos y deberes entre hombre y mujer. Propone un nuevo tipo de relación entre los dos. No permite que una vez casados el hombre pueda repudiar a la mujer, y viceversa. El evangelio de Mateo añade un comentario de los discípulos sobre este asunto. Dicen: “Si la situación del hombre con la mujer es así, entonces mejor no casarse” (Mt 19,10). Prefieren no casarse, que casarse sin el privilegio de poder seguir mandando sobre la mujer y sin el derecho de poder pedir el divorcio en caso de que ella no les agrade más. Jesús va hasta el fondo y dice que hay solamente tres casos en que se permite a una persona no casarse: "No todos comprenden lo que acaban de decir, sino solamente los que reciben este don. Hay hombres que nacen incapacitados para casarse. Hay otros que fueron mutilados por los hombres. Hay otros que por amor al Reino de los Cielos han descartado la posibilidad de casarse. ¡Entienda el que pueda!”(Mt 19,11-12). Los tres casos son: “(a) impotencia, (b) castración y (c) por el Reino. No casarse sólo porque el hombre no quiere perder el dominio sobre la mujer, esto ¡la Nueva Ley del Amor no lo permite! Tanto el casarse como el celibato, ambos deben estar al servicio del Reino y no al servicio de los intereses egoístas. Ninguno de los dos puede ser motivo para mantener el dominio machista del hombre sobre la mujer. Jesús cambió la relación hombre-mujer, marido-esposa.
• Marcos 10,1-2: La pregunta de los fariseos: “¿el marido puede repudiar a la mujer?” La pregunta es maliciosa Pretende poner a prueba a Jesús. “¿Es lícito a un marido repudiar a su mujer?”Señal de que Jesús tenía una opinión diferente, pues de lo contrario los fariseos no irían a interrogarlo sobre este asunto. No preguntan si es lícito que una esposa repudie a su marido. Esto no les pasa por la cabeza. Signo claro del fuerte dominio machista y de la marginación de la mujer en la sociedad de aquel tiempo.
• Marcos 10,3-9: La respuesta de Jesús: el hombre no puede repudiar a la mujer. En vez de responder, Jesús pregunta: “¿Qué dice la ley de Moisés?” La ley permitía al hombre escribir una carta de divorcio y repudiar a la mujer. Este permiso revela el machismo. El hombre podía repudiar a la mujer, pero la mujer no tenía este mismo derecho. Jesús explica que Moisés actuó así por la dureza de corazón de la gente, pero la intención de Dios era otra, cuando creó al ser humano. Jesús vuelve al proyecto del Creador y niega al hombre el derecho de repudiar a su mujer. Quita el privilegio del hombre ante la mujer y pide el máximo de igualdad entre los dos.
• Marcos 10,10-12: Igualdad hombre y mujer. En casa, los discípulos hacen preguntas sobre este asunto. Jesús saca las conclusiones y reafirma la igualdad de derechos y deberes entre hombre y mujer. Propone un nuevo tipo de relación entre los dos. No permite que una vez casados el hombre pueda repudiar a la mujer, y viceversa. El evangelio de Mateo añade un comentario de los discípulos sobre este asunto. Dicen: “Si la situación del hombre con la mujer es así, entonces mejor no casarse” (Mt 19,10). Prefieren no casarse, que casarse sin el privilegio de poder seguir mandando sobre la mujer y sin el derecho de poder pedir el divorcio en caso de que ella no les agrade más. Jesús va hasta el fondo y dice que hay solamente tres casos en que se permite a una persona no casarse: "No todos comprenden lo que acaban de decir, sino solamente los que reciben este don. Hay hombres que nacen incapacitados para casarse. Hay otros que fueron mutilados por los hombres. Hay otros que por amor al Reino de los Cielos han descartado la posibilidad de casarse. ¡Entienda el que pueda!”(Mt 19,11-12). Los tres casos son: “(a) impotencia, (b) castración y (c) por el Reino. No casarse sólo porque el hombre no quiere perder el dominio sobre la mujer, esto ¡la Nueva Ley del Amor no lo permite! Tanto el casarse como el celibato, ambos deben estar al servicio del Reino y no al servicio de los intereses egoístas. Ninguno de los dos puede ser motivo para mantener el dominio machista del hombre sobre la mujer. Jesús cambió la relación hombre-mujer, marido-esposa.
4) Para la reflexión personal
• En mi vida personal, ¿cómo vivo la relación hombre-mujer?
• En la vida de mi familia y de mi comunidad, ¿cómo está siendo la relación hombre-mujer?
• En la vida de mi familia y de mi comunidad, ¿cómo está siendo la relación hombre-mujer?
5) Oración final
Yahvé es clemente y compasivo,
lento a la cólera y lleno de amor;
no se querella eternamente,
ni para siempre guarda rencor. (Sal 103,8-9)
lento a la cólera y lleno de amor;
no se querella eternamente,
ni para siempre guarda rencor. (Sal 103,8-9)
Lectio Divina: Domingo, 22 de Mayo, 2016: Evangelio según san Juan 16,12-15. (Santísima Trinidad- Ciclo C -)
Lectio Divina:
Domingo, 22 Mayo, 2016
Santísima Trinidad
La promesa del Espíritu:
Jesús lo enviará en el nombre del Padre
1. LECTIO
a) Oración inicial:
Oh Dios, que al enviar a tu hijo Jesús, nos has revelado la intención más clara de tu amor en el querer salvar al hombre. Pasa siempre junto a nosotros revelándonos tus atributos de compasión, misericordia, clemencia y lealtad. Espíritu de amor ayúdanos a progresar en el conocimiento del Hijo para llegar a la posesión de la vida.
Haz que meditando tu Palabra en esta fiesta podamos descubrir con más conocimiento, que tu misterio, oh Dios, es un canto de amor compartido. Tú eres nuestro Dios y no un Dios solitario. Eres Padre fuente fecunda. Eres Hijo, Palabra hecha carne, amor vecino y fraterno. Eres Espíritu Santo, amor hecho abrazo.
Haz que meditando tu Palabra en esta fiesta podamos descubrir con más conocimiento, que tu misterio, oh Dios, es un canto de amor compartido. Tú eres nuestro Dios y no un Dios solitario. Eres Padre fuente fecunda. Eres Hijo, Palabra hecha carne, amor vecino y fraterno. Eres Espíritu Santo, amor hecho abrazo.
b) Lectura del Evangelio: Evangelio según san Juan 16,12-15.
12 Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. 13 Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os explicará lo que ha de venir. 14 Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo explicará a vosotros. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo explicará a vosotros.
Palabra del Señor
c) Momentos de silencio orante:
Digamos con San Agustín: “ Concédeme tiempo para meditar sobre los secretos de tu ley, no cierres la puerta a quien llama. Oh Señor, realiza tu obra en mí y revélame estas páginas. Haz que yo encuentre gracia delante de ti y se me abran, cuando llamo, los íntimos secretos de tu Palabra”
Continúa
Lectio Divina: Jueves, 19 de Mayo, 2016: Evangelio según san Marcos 9,41-50. (7ª Semana del Tiempo durante el Año - Ciclo C -)
Lectio Divina:
Jueves, 19 Mayo, 2016
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Dios todopoderoso y eterno: concede a tu pueblo que la meditación asidua de tu doctrina le enseñe a cumplir de palabra y de obra, lo que a ti te complace. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del santo Evangelio según Marcos 9,41-50
«Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa. «Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que le echen al mar. Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga; pues todos han de ser salados con fuego. Buena es la sal; mas si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros y tened paz unos con otros.»
«Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa. «Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que le echen al mar. Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga; pues todos han de ser salados con fuego. Buena es la sal; mas si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros y tened paz unos con otros.»
Palabra del Señor
3) Reflexión
• El evangelio de hoy nos presenta algunos consejos de Jesús sobre la relación de los adultos con los pequeños y excluidos. En aquel tiempo, mucha gente pequeña era excluida y marginada. No podía participar. Muchos perdían la fe. El texto que vamos a meditar tiene algunas afirmaciones extrañas que si se toman al pie de la letra causan perplejidad en la gente.
• Marcos 9,41: Un vaso de agua es recompensado. Aquí se inserta una frase suelta de Jesús: En verdad os digo: Cualquiera que os dé de beber un vaso de agua porque sois de Cristo y lleváis su nombre, os aseguro que no quedará sin recompensa. Dos pensamientos: a) “Cualquier que os dé un vaso de agua”: Jesús está yendo a Jerusalén para entregar su vida. ¡Gesto de gran entrega! Pero no olvida los gestos pequeños de entrega del diario vivir: un vaso de agua, una acogida, una limosna, tantos gestos. Quien desprecia el ladrillo, ¡no construye nunca una casa! b) “Porque sois de Cristo”: Jesús se identifica con nosotros que queremos pertenecer a Él. Esto significa que, para Él, tenemos mucho valor.
• Marcos 9,42: Escándalo para los pequeños. Escándalo,literalmente, es la piedra por el camino, piedra en el zapato; es aquello que desvía a una persona del buen camino. Escandalizar a los pequeños es ser motivo por el cual los pequeños se desvían del camino y pierden la fe en Dios. Quien hace esto recibe la siguiente sentencia: “¡Al cuello una piedra de molino y ser echado al mar!” ¿Por qué tanta severidad? ¿Porque Jesús se identifica con los pequeños? (Mt 25,40.45). ¡Quien hace algo a ellos, lo hace a Jesús! Hoy, en el mundo entero, los pequeños, los pobres, muchos de ellos se están yendo de las iglesias tradicionales. Cada año, solamente en América Latina, casi unos tres millones de personas migran hacia otras iglesias. ¡No consiguen creer en lo que profesamos en nuestra iglesia! ¿Por qué será? ¿Hasta dónde tenemos la culpa? ¿Merecemos al cuello la piedra de molino?
• Marcos 9,43-48: Cortar la mano y el pie, arrancar el ojo. Jesús manda a la persona que se arranque la mano, el pie y el ojo, en caso de que fueran motivo de escándalo. Dice: “Es mejor entrar en la vida o en el Reino con un pie (mano, ojo) que entrar en el infierno con dos pies (manos, ojos)”. Estas frases no pueden tomarse al pie de la letra. Significan que una persona tiene que ser radical en la opción por Dios y por el Evangelio. La expresión”geena (infierno) donde su gusano no muere y el fuego no se apaga”, es una imagen para indicar la situación de la persona que queda sin Dios. La geena era el nombre de un valle cerca de Jerusalén, donde se tiraba la basura de la ciudad y donde siempre había un fuego que quemaba la basura. Este lugar era nauseabundo y para la gente era símbolo de la situación de una persona que dejaba de participar en el Reino de Dios.
• Marcos 9,49-50: Sal e Paz. Estos dos versículos ayudan a entender las palabras severas sobre el escándalo. Jesús dice:“¡Tened sal en vosotros y tened paz unos con otros!” Una comunidad en la cual se vive en paz, unos con otros, es como un poco de sal que da gusto a toda la comida. La convivencia pacífica y fraterna en la comunidad es la sal que da gusto a la vida del la gente en el barrio. Es un signo del Reino, una revelación de la Buena Noticia de Dios. ¿Estamos siendo sal? Sal que no da gusto, ¡no sirve para nada!
• Jesús acoge y defiende la vida de los pequeños. Varias veces, Jesús insiste en la acogida que hay que dar a los pequeños. “Quien acoge a uno de estos pequeños en mi nombre, a mí me acoge” (Mc 9,37). Quien da un vaso de agua a uno de estos pequeños no perderá su recompensa (Mt 10,42). El pide que no se desprecien los pequeños (Mt 18,10). Y en el juicio final los justos serán recibidos porque dieron de comer “a uno de estos pequeñuelos” (Mt 25,40). Si Jesús insiste tanto en la acogida que hay que dar a los pequeños, es porque había probablemente mucha gente pequeña ¡que no era acogida! De hecho, muchas mujeres, muchos niños no contaban (Mt 14,21; 15,38), eran despreciados (Mt 18,10) y silenciados (Mt 21,15-16). Hasta los apóstoles impedían que llegasen cerca de Jesús (Mt 19,13; Mc 10,13-14). En nombre de la ley de Dios, mal interpretada por las autoridades de la época, mucha buena gente era excluida. En vez de acoger a los excluidos, la ley era usada para legitimar la exclusión. En los evangelios, la expresión “pequeños” (en griego se dice elachistoi, mikroi o nepioi), a veces indica “niños”, otras veces, indica los sectores excluidos de la sociedad. No es fácil discernir. A veces lo que es “pequeño” en un evangelio, es “niños” en otro. Porque los niños pertenecían a la categoría de los “pequeños”, de los excluidos. Además de esto, no siempre es fácil discernir entre lo que viene del tiempo de Jesús y lo que viene del tiempo de las comunidades para las cuales los evangelios fueron escritos. Aún así, lo que resulta claro es el contexto de exclusión que estaba presente en la época y la imagen que las primeras comunidades conservaron de Jesús: Jesús se pone del lado de los pequeños, de los excluidos, y asume su defensa.
• Marcos 9,41: Un vaso de agua es recompensado. Aquí se inserta una frase suelta de Jesús: En verdad os digo: Cualquiera que os dé de beber un vaso de agua porque sois de Cristo y lleváis su nombre, os aseguro que no quedará sin recompensa. Dos pensamientos: a) “Cualquier que os dé un vaso de agua”: Jesús está yendo a Jerusalén para entregar su vida. ¡Gesto de gran entrega! Pero no olvida los gestos pequeños de entrega del diario vivir: un vaso de agua, una acogida, una limosna, tantos gestos. Quien desprecia el ladrillo, ¡no construye nunca una casa! b) “Porque sois de Cristo”: Jesús se identifica con nosotros que queremos pertenecer a Él. Esto significa que, para Él, tenemos mucho valor.
• Marcos 9,42: Escándalo para los pequeños. Escándalo,literalmente, es la piedra por el camino, piedra en el zapato; es aquello que desvía a una persona del buen camino. Escandalizar a los pequeños es ser motivo por el cual los pequeños se desvían del camino y pierden la fe en Dios. Quien hace esto recibe la siguiente sentencia: “¡Al cuello una piedra de molino y ser echado al mar!” ¿Por qué tanta severidad? ¿Porque Jesús se identifica con los pequeños? (Mt 25,40.45). ¡Quien hace algo a ellos, lo hace a Jesús! Hoy, en el mundo entero, los pequeños, los pobres, muchos de ellos se están yendo de las iglesias tradicionales. Cada año, solamente en América Latina, casi unos tres millones de personas migran hacia otras iglesias. ¡No consiguen creer en lo que profesamos en nuestra iglesia! ¿Por qué será? ¿Hasta dónde tenemos la culpa? ¿Merecemos al cuello la piedra de molino?
• Marcos 9,43-48: Cortar la mano y el pie, arrancar el ojo. Jesús manda a la persona que se arranque la mano, el pie y el ojo, en caso de que fueran motivo de escándalo. Dice: “Es mejor entrar en la vida o en el Reino con un pie (mano, ojo) que entrar en el infierno con dos pies (manos, ojos)”. Estas frases no pueden tomarse al pie de la letra. Significan que una persona tiene que ser radical en la opción por Dios y por el Evangelio. La expresión”geena (infierno) donde su gusano no muere y el fuego no se apaga”, es una imagen para indicar la situación de la persona que queda sin Dios. La geena era el nombre de un valle cerca de Jerusalén, donde se tiraba la basura de la ciudad y donde siempre había un fuego que quemaba la basura. Este lugar era nauseabundo y para la gente era símbolo de la situación de una persona que dejaba de participar en el Reino de Dios.
• Marcos 9,49-50: Sal e Paz. Estos dos versículos ayudan a entender las palabras severas sobre el escándalo. Jesús dice:“¡Tened sal en vosotros y tened paz unos con otros!” Una comunidad en la cual se vive en paz, unos con otros, es como un poco de sal que da gusto a toda la comida. La convivencia pacífica y fraterna en la comunidad es la sal que da gusto a la vida del la gente en el barrio. Es un signo del Reino, una revelación de la Buena Noticia de Dios. ¿Estamos siendo sal? Sal que no da gusto, ¡no sirve para nada!
• Jesús acoge y defiende la vida de los pequeños. Varias veces, Jesús insiste en la acogida que hay que dar a los pequeños. “Quien acoge a uno de estos pequeños en mi nombre, a mí me acoge” (Mc 9,37). Quien da un vaso de agua a uno de estos pequeños no perderá su recompensa (Mt 10,42). El pide que no se desprecien los pequeños (Mt 18,10). Y en el juicio final los justos serán recibidos porque dieron de comer “a uno de estos pequeñuelos” (Mt 25,40). Si Jesús insiste tanto en la acogida que hay que dar a los pequeños, es porque había probablemente mucha gente pequeña ¡que no era acogida! De hecho, muchas mujeres, muchos niños no contaban (Mt 14,21; 15,38), eran despreciados (Mt 18,10) y silenciados (Mt 21,15-16). Hasta los apóstoles impedían que llegasen cerca de Jesús (Mt 19,13; Mc 10,13-14). En nombre de la ley de Dios, mal interpretada por las autoridades de la época, mucha buena gente era excluida. En vez de acoger a los excluidos, la ley era usada para legitimar la exclusión. En los evangelios, la expresión “pequeños” (en griego se dice elachistoi, mikroi o nepioi), a veces indica “niños”, otras veces, indica los sectores excluidos de la sociedad. No es fácil discernir. A veces lo que es “pequeño” en un evangelio, es “niños” en otro. Porque los niños pertenecían a la categoría de los “pequeños”, de los excluidos. Además de esto, no siempre es fácil discernir entre lo que viene del tiempo de Jesús y lo que viene del tiempo de las comunidades para las cuales los evangelios fueron escritos. Aún así, lo que resulta claro es el contexto de exclusión que estaba presente en la época y la imagen que las primeras comunidades conservaron de Jesús: Jesús se pone del lado de los pequeños, de los excluidos, y asume su defensa.
4) Para la reflexión personal
• En nuestra sociedad y en nuestra comunidad, ¿quiénes son hoy los pequeños y los excluidos? ¿Cómo está siendo la acogida que les damos?
• “Cuerda al cuello”. Mi comportamiento ¿merece una cuerda o una cuerdecilla al cuello? ¿Y el comportamiento de nuestra comunidad: qué se merece?
• “Cuerda al cuello”. Mi comportamiento ¿merece una cuerda o una cuerdecilla al cuello? ¿Y el comportamiento de nuestra comunidad: qué se merece?
5) Oración final
El Señor, que tus culpas perdona,
que cura todas tus dolencias,
rescata tu vida de la fosa,
te corona de amor y ternura. (Sal 103,3-4)
que cura todas tus dolencias,
rescata tu vida de la fosa,
te corona de amor y ternura. (Sal 103,3-4)